Nosotros tenemos incorporado en nuestros corazones al peronismo, como un instrumento de lucha y no de ambiciones personales. Se trata nada más y nada de menos de tener como factor de cambio en la política y en las políticas. Defender la necesidad de cambio, hacerlo como un mecanismo para tratar de resolver los conflictos e intereses y las dificultades crecientes para poder decidir en torno a los problemas que la convivencia genera, al menos acomodar intereses y trazar vías de consenso. Debemos hacer valer la conjunción maravillosa de ideas y conceptos filosóficos que Perón sabiamente, logró plasmar sistemáticamente, con Justicia Social.
En Esencia se trata de una revolución social no violenta, un paradigma inventado por Mahatma Gandhi quien sostenía:
“No hay camino para la paz, la paz es el camino.”
“La violencia es el miedo a los ideales de los demás.”
“Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.”
“Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.”
Perón, evidentemente, había hecho suyo estos principios. De otro modo nadie entendería esa opción por hacer la revolución de un modo tan particular:“Todo en su medida y armoniosamente”; aunque esta lleve mucho tiempo. Ese tiempo evita derramar innecesariamente sangre de hermanos.
“Hay dos formas de hacer una revolución: en poco tiempo a costa de mucha sangre, o tomarse todo el tiempo que sea necesario evitando derramar sangre de hermanos y compatriotas. Yo opto por la segunda” –decía Perón
Una y mil veces nos quedamos con el peronismo, orgullosamente SUDACA, cuna de las nuevas y pacificas revoluciones, templo de los antiguos-nuevos valores humanos.
Luis Zoilo – Julio Salas – Pablito Bustos siguen 30 firmas más.
14 enero 2017
Cartas de Lectores