Un 16 de Septiembre, pero de  1976, y durante las posteriores jornadas, estudiantes secundarios pertenecientes a la ciudad de La Plata, Provincia de Buenos Aires, eran torturados, desaparecidos y asesinados, luego del reclamo por el boleto estudiantil que había sido suspendido por parte de la dictadura militar.

Las víctimas de aquel horror eran mayoritariamente estudiantes vinculados a la UES (Unión de Estudiantes Secundarios). Ellos junto a otros estudiantes de diferentes escuelas llevaron adelante en 1975 y ante el Ministerio de Obras Públicas el reclamo por el boleto de colectivo con descuento estudiantil.

Para los militares que llevaron a cabo el golpe del 76, la juventud era una generación dañina que era necesario anular.Esa fatídica madrugada del 16, el Batallón 601 del Ejército mandó a que se secuestraran a 7 estudiantes secundarios, de entre 14 y 17 años, que venían reclamando por el boleto estudiantil. Estos jóvenes fueron torturados y asesinados, a excepción algunos de ellos que fueron liberados, y de los cuales sirvieron sus testimonios para que se conociera la historia. Los relatos de los sobrevivientes ante la justicia dan cuenta del horror de su cautiverio, en el que sufrieron la falta de comida, de higiene, de abrigo, sesiones de torturas, violaciones y hasta debieron asistir a mujeres embarazadas.

A pesar de los años transcurridos, es menester  la divulgación y reflexión sobre los hechos sucedidos durante esos tiempos sombríos de la historia de nuestra República. El saber de los derechos y el uso total de los mismos deben ser necesariamente apuntalados a través del ejercicio y puestos en función de la memoria colectiva.

Es pertinente una mención mayúscula en esta fecha, para quienes dieron sus vidas por el triunfo de sus ideales, al mismo tiempo que la reprobación absoluta a las formas que establecen la violencia y rechazan la conducta libre de la protesta popular ante situaciones inaceptables o de injusticia.

Desde nuestro espacio político sostenemos que una sociedad que alimenta la subsistencia de la memoria de su historia, puede diseñar con luminosidad y libertad su destino, su presente y futuro y que por el contrario, si ignoramos u olvidamos nuestro pasado, corremos el peligro de repetirlo.

En este contexto, cabe recordar que en nuestra provincia de Río Negro, se celebra en esta fecha el “Día del estudiante secundario”. Nuestra senadora Magdalena Odarda es la autora de este proyecto aprobado años atrás en legislatura de Río Negro por unanimidad, el mismo busca homenajear a aquellos chicos y chicas además de mantener viva la memoria ante la denominada “Noche de los lápices”.

La vida de un país se construye con la memoria de los pueblos y es por eso que consideramos necesario recordar a aquellos jóvenes que mediante su militancia pelearon para que se les reconozcan  los derechos sociales más básicos.

CC ARI-VIEDMA