Reconocimiento de las Tareas de Cuidado

Nota de opinión por Evelyn Rousiot*

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“…la madre de familia está al margen de todas las previsiones. Es el único trabajador del mundo que no conoce salario, ni garantía de respeto, ni límite de jornadas, ni domingos ni vacaciones, ni descanso alguno, ni indemnización por despido, ni huelgas de ninguna clase…” Con estas palabras, en su libro La Razón de Mi Vida,  Evita describía la invisibilidad de lo que hoy sabemos se llaman Tareas de Cuidado.

Tuvieron que pasar más de 50 años para que en el  2005, durante la presidencia de Néstor Kichner,  se implementara una Ley como la 24.476. Esta Ley establecía una moratoria para aquellas personas que habiendo llegado a la edad jubilatoria, no tuvieran los años de aportes necesarios para iniciar y gozar de una jubilación. Con el tiempo, esta ley comenzó a llamarse ley de Jubilación de Amas de Casa, debido a que la mayoría de las personas que necesitaban hacer uso de una moratoria para complementar sus aportes previsionales eran mujeres. 

Siguiendo con la decisión política de profundizar el reconocimiento de derechos previsionales, en el año 2014 la entonces presidenta Cristina Fernández de Kichner promulgó la Ley 26970. De las 2.700.000 que se acogieron a la moratoria que establecía esta Ley el 80% fueron mujeres. Esta brecha en el acceso a la seguridad social se explica en parte por la desigual distribución del trabajo en Argentina y en general en el mundo: formal-informal, remunerado-no remunerado, productivo-reproductivo.  

Lamentablemente, durante la presidencia de Mauricio Macri, se modifica el paradigma de las moratorias que representaron el reconocimiento de la jubilación como un derecho y del trabajo independientemente de su formalidad y del aporte previsional, la fuerza de trabajo de las tareas de cuidado.Surge así en la Ley de Reforma Previsional la PUAM (Pensión Universal para Adultos Mayores) y la no ampliación de las moratorias previsionales. La PUAM representa solo el 80% del monto de una jubilación mínima, unifica la edad en 65 años, no reconoce al adulto mayor una jubilación desconociendo así su trabajo de toda la vida, tiene características de subsidio no permitiendo que se pague por los años sin aportes formales ampliando así la estigmatización de la pobreza. Este esquema previsional segmentado decretaba: para pobres asistencia social, para no pobres jubilación y demás está decir que la pobreza tiene un claro sesgo femenino.

Con la nueva gestión del Presidente Alberto Fernández, y mediante la presentación del primer presupuesto con perspectiva de género, se cuantificó la importancia de las tareas de cuidado que de acuerdo al estudio realizado por la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género representan el 16% del PBI. En este sentido, una variable exógena e inesperada como la pandemia, contribuyó también a poner al descubierto la importancia del cuidado para garantizar la salud y sostener la vida. 

En el día de ayer, martes 13 de julio de 2021, y poniendo en hechos la definición que somos un gobierno que pone al Estado a tomar medidas para reparar desigualdades de género, el Presidente de la Nación Alberto Fernández y la directora Ejecutiva de ANSES Fernanda Raverta, continuaron descorriendo ese velo social que invisibiliza este trabajo no remunerado. 
Se presentó el Programa de Reconocimiento de Años de Servicio por Tareas de Cuidado para las Madres Argentinas. Este programa reconocerá años de aportes por cada hijo o hija que tengan las mujeres y que hayan implicado su trabajo genuino y real en tareas de cuidado.  Se trata de 155 mil mujeres argentinas de más de 60 años que aún no pueden jubilarse, alrededor de 3000 son rionegrinas.

La necesidad de implementación de este tipo de políticas orientadas a las mujeres nuevamente se explica muy claramente con los números. Las mujeres tienen una tasa de ocupación del 43% frente al 63.8% de los varones. Tienen trayectorias laborales más intermitentes por el tiempo que lleva compatibilizar el trabajo dentro y fuera de la casa, las mujeres dedican 6.4hs (casi una jornada laboral más) al día en tareas domésticas frente a 3.4 hs que dedican los varones. Uno de los principales motivos de la menor acumulación de aportes en las mujeres respecto de los varones es el tiempo dedicado a la crianza y cuidado de los hijos, a mayor cantidad de hijos, menos aportes a la seguridad social. Entre las argentinas de 60 a 64 años sólo el 10% alcanzó los 30 años de aportes requeridos para jubilarse. Por último, las mujeres de sectores populares tienen menos años de aportes a la seguridad social, quienes son titulares de AUH registran la mitad de años de aportes que las madres que no tuvieron esa prestación. (* Datos de ANSES)

Las tareas de cuidado existen, son trabajo no remunerado, que contribuye a sostener la economía familiar y por consiguiente la economía en general. Reconocerlas es un hecho de justicia social y de independencia económica porque como continuó con su reflexión la compañera Evita “Tenemos que tener en el hogar lo que salimos a buscar en la calle, nuestra …independencia económica… que nos libere de llegar a ser pobres mujeres sin ningún horizonte, sin ningún derecho y sin ninguna esperanza!”

*Titular de UDAI Viedma

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