Las represas vuelven al servicio del país

Nota de opinión

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En los últimos días el Gobierno Nacional tomó una decisión de gran trascendencia y acierto: el complejo hidroeléctrico del Comahue, concesionado a grupos internacionales en la década de los 90, volverá a ser mantenido y operado por el Estado Nacional. Cabe recordar que la construcción y operación de dicho complejo fue llevada adelante por la empresa estatal Hidronor, hasta su liquidación y posterior concesión de los activos.

Esta decisión fortalece la participación estatal en la generación de un insumo esencial y estratégico para el desarrollo con equidad de los argentinos como lo es la energía eléctrica.

Debemos tener en cuenta que esta decisión tiene un impacto no solo en la producción de electricidad, sino también, y más importante aún, sobre el manejo del recurso hídrico. Hay que tener en cuenta que la zona del Alto Valle de Río Negro constituye el área productiva de riego más extensa del país. La soberanía sobre la disponibilidad y manejo del agua es extremadamente estratégico para el presente y futuro. Más aún cuando aparecen propuestas extravagantes de ceder la política hídrica a empresas extranjeras con intereses que nada tienen que ver con el desarrollo humano sustentable y equitativo que debe primar en la planificación de estas políticas. Concretamente en Río Negro se está avanzando con la empresa israelí Mekorot para el desarrollo de un plan de manejo de agua, como si en Río Negro no tendríamos instituciones y profesionales con conocimiento y fundamentalmente intereses en el desarrollo sustentable con equidad que requiere nuestro país.

A partir de ahora habrá que determinar entre otros aspectos, qué destino se dará a la renta que genera la producción de energía del Complejo. Entendemos que es esencial que los fondos generados se utilicen para financiar la continuidad del programa de desarrollo de la hidroelectricidad de la Patagonia, en todas sus etapas de planeamiento, proyectos y construcción de nuevos emprendimientos.

En ese sentido, lo hemos expuesto en muchas ocasiones que es prioritario para Río Negro la ampliación de la superficie con acceso al agua mediante la implementación del aprovechamiento hídrico que vuelque un pequeño caudal del río Limay desde Arroyito hasta San Antonio Oeste, constituyendo una fuente de arraigo poblacional en la zona rural, hasta una vía navegable interna y en definitiva una obra que permita integrar la región más extensa y abandonada por la provincia al desarrollo un poco menos injusto y más armónico.

Se trata de un proyecto aprobado por la Ley 3078/96 y revisado en 1979 /1984/1986/1991, actualizado y modelado por la Universidad Nacional del Comahue, que espera su implementación en la medida que una decisión política tan firme y clara como la que hoy tomó la Presidencia de la Nación, aplique los mecanismos y recursos para hacerlo.

También será importante avanzar en la articulación con las provincias que son las titulares del recurso hídrico. En este sentido entendemos que es necesario abrir las negociaciones entre Nación y provincias para lograr una sinergia en el desarrollo de la actividad. Hay mucho por discutir y mucho por acordar, pero nunca perder de vista que lo esencial y trascendente es que los argentinos, en su conjunto, volveremos a definir nuestro manejo de los recursos hídricos y energéticos del Comahue.


Silvia Horne, Diputada de la Nación mandato cumplido. Ex candidata a gobernadora de Río Negro por el frente Vamos con Todos.

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