Vecinos unidos para recuperar el histórico catamarán de Viedma

El grupo liderado por Miguel Roa trabaja arduamente para restaurar el emblemático símbolo del turismo local

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Un grupo de vecinos de la Comarca, liderado por Miguel Roa, se organizó para recuperar el viejo catamarán de Viedma, una embarcación histórica que fue un ícono del turismo local. La tarea de restauración es significativa debido al deterioro sufrido por el catamarán a lo largo de los años. Salvo que se decida su desguace, el resto de las opciones, tanto el uso sobre nuestro río como la venta a interesados de otros lugares, requiere que la embarcación esté navegable.

El catamarán, que estaba en un estado deplorable, presentaba pontones destruidos, una hélice rota y motores inutilizables. Según Roa, la embarcación sufrió deterioro por mal uso y abandono por mucho tiempo, además de estar, dos días por lo menos, cubierto de agua producto de la mala ubicación y de las fuertes crecidas del río. Todo esto afectó gravemente su estructura de madera. El grupo de vecinos se propuso trabajar en la recuperación del catamarán, aunque el proceso ha sido lento y complejo.

La restauración del catamarán se está llevando a cabo bajo la supervisión de la Prefectura y siguiendo un proyecto elaborado por un ingeniero naval. Roa destacó que cada paso en la restauración se realiza de acuerdo con las instrucciones de los inspectores de Prefectura, lo que ha implicado costos significativos, incluyendo el transporte y alojamiento de los inspectores que vienen de Buenos Aires. Hasta ahora, se reemplazaron aproximadamente 1.800 kilos de chapas, se cambiaron las cuadernas y se desmontaron la línea de ejes y los motores.

La comunidad también enfrentó desafíos logísticos, como contratar grúas especiales para mover los motores y gestionar el cierre del tráfico en el puente de Viedma-Patagones. El casco del catamarán fue pintado provisoriamente con una pintura especial, y se reforzaron sus estructuras. Sin embargo, aún falta hacer una nueva hélice, que debe fabricarse en Buenos Aires, por lo cual este proceso puede tomar unos meses más.

El grupo de vecinos asumió una gran parte de los costos, incluso pagando de su propio bolsillo, como el pilar de luz necesario para los trabajos. La intención es que, una vez restaurado, el catamarán pueda volver a flotar en el río, condición indispensable para que después las autoriddes municipales decidan su destino. Roa fue claro al explicar que "una vez que esté en condiciones de navegar, se podrán considerar diversas opciones, incluyendo su uso como confitería flotante". Sin embargo, enfatizó que cualquier uso requerirá que el catamarán esté en buen estado y cuente con personal capacitado para su operación.

Los vecinos evitaron con su trabajo la peor de las opciones, que era el desguace; ahora la nave podría ser utilizada nuevamente para excursiones y otras actividades turísticas, tanto en nuesra ciudad como en otras, si es que se decide su venta. El deseo del grupo, por supuesto, es que el catamarán vuelva a recorrer el río Negro, contribuyendo así al patrimonio cultural y turístico de la región.

Roa señaló que, además de la reparación, es crucial que las autoridades locales, provinciales y de Buenos Aires se involucren en el proyecto para garantizar que el catamarán pueda ser aprovechado con fines sociales y turísticos. Subrayó la importancia de la participación del Municipio, la Legislatura y el Gobierno de Río Negro en este esfuerzo colectivo. También destacó que por primera vez, el Gobierno de provincia de Buenos Aires aportó una importante suma de dinero para la reparación. 

Finalmente, Roa reflexionó sobre el valor cultural e histórico del catamarán para la comunidad de Viedma y la Comarca, destacando la necesidad de preservarlo y mantenerlo operativo para futuras generaciones. El esfuerzo de recuperación del catamarán es un claro ejemplo del compromiso y la dedicación de los vecinos para proteger y revitalizar un importante símbolo de su patrimonio local.

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