Sus totalmente irrespetuosas declaraciones en las que hace mención a su supuesta, siempre muy supuesta, intelectualidad superior a la del candidato oficialista César Barbeito, no hace más que demostrar cuál es la verdadera cara de este siniestro personaje de la política, que obviamente, no puede ocultar detrás de ese discurso moderado que ahora pretende vender.
No se conforma sólo con tratar de desprestigiar a sus adversarios con las falacias y mentiras a las que nos tiene acostumbrados, sino que siempre va por más, hasta llegar al insulto permanente y el intento de denigrar a todos los demás.
Sus dichos no hacen más que reflejar el desprecio que Soria tiene por las demás personas, sin importar clase social, ideología política, representación institucional ni nada más. Simplemente, él desprecia todo lo que no tiene el sello de Carlos Soria.
El desprecio que mostró por la persona de César Barbeito es el mismo que mostró hace unos años por el recordado Beto Icare en Bariloche, cuando dijo que tenía “cara de zonzo”; o el que mostró con los chacareros que protestaban en las rutas, cuando los mandó a trabajar en vez de perder el tiempo con medidas de fuerza.
Ese desprecio es el mismo que evidenció con la gente de Viedma, cuando la trató de “poco inteligente” por usar un término apropiado, asegurando que sólo estaban acostumbrados a la bolsita de comida y no a pensar; o bien el que demuestra todos los días de su gestión hacia la gente humilde, a la que no ha querido nunca darle siquiera los servicios básicos en su ciudad. Claro, seguramente en el mundo ideal de Soria, los pobres no tienen lugar.
Seguramente es el mismo desprecio que le hizo a Cristina Fernández y Néstor Kirchner, cuando dijo que no los necesitaba para ser Gobernador, mientras que ahora se desespera por salir en cada foto con la Presidenta; o el que demostró para con los hippies de El Bolsón, cuando los menospreció hace unos días; o incluso con algunos propios peronistas sobre los que dijo que no tenían “sangre pura”, para ser candidatos. Ése, sin dudas, es el mismo desprecio que tuvo por la vida de los piqueteros como Costeky y Santillán; que tiene por sus empleados municipales y por todo aquel que no forma parte de su séquito.
Nosotros, desde el Gobierno y la Concertación estamos haciendo una propuesta distinta, que sea inclusiva, y en la que no haya lugar para los desprecios, porque ellos sólo traen consigo discriminación, intolerancia y exclusión.
Sabemos que los rionegrinos no quieren el modelo del desprecio. Por eso no queda otra que decirle gracias a este señor, porque con sus dichos, le está demostrando a la sociedad lo que realmente es.
En tanto, nosotros, vamos a seguir adelante con el proyecto inclusivo. La gente tendrá la última palabra.
27 noviembre 2024
Río Negro