Al ser consultado sobre esta presentación judicial y sus diferencias con Soria, el ex legislador recordó que en 1994 el Senado de la Nación avanzó, con tres votos en contra, sobre una ley que le daba a la futura empresa privada de correo –propiedad de Alfredo Yabrán- servicios monetarios secretos. “Me pareció una locura que en un país que no hay ‘secreto bancario’ haya una empresa privada de correo que pueda dar servicios monetarios secretos”, explicó.
Es por ello que inició en la Cámara de Diputados una campaña en contra de este proyecto. “Todos los legisladores —con 4 excepciones— la querían votar y nadie quería leer la ley. Había sido girada solo a una comisión, Comunicaciones, de donde salió aprobada por unanimidad, 7 peronistas, 5 radicales y un Modin”, remarcó.
Sostuvo que había una orden hacia los diputados –entre ellos Carlos Soria- de sacar la ley como dé lugar. “Fue una orgía de corrupción”, aseguró Varela Cid.
Explicó que “si uno manda un cheque o una transferencia bancaria por el equivalente a 5.000 dólares, uno es investigado y el banco tiene la obligación de pedirle copia de una factura para que uno explique por qué envía ese dinero. Pero los servicios monetarios del correo no tenían tope. No podían ser demorados. Ni desviados de su ruta. Ni interceptados por autoridad monetaria, ni averiguar quién le manda dinero a quien, ni cuanto manda. Eso decía el texto de la ley”.
“En diciembre de 1995, yo estaba en Washington y estaban por hacer otro intento de hacer pasar la ley. Le envié un fax al entonces presidente Carlos Menem a Olivos. “Por favor vete ese artículo de la ley, en el mundo se va a interpretar como un “Money laundering welcome” (Bienvenido lavado de dinero)”, manifestó.
En medio de esa situación “aparecieron, como siempre, unos que decían estar en contra de la ley y que todos sabíamos que negociaban con Alfredo Yabrán un pedazo del reparto. Ese era este mendocino José Raúl Ongaro. Eran tipos raros, que cuando yo les decía que lo peor de la ley eran los “servicios monetarios secretos” hacían como que no entendían. Los otros, los verdaderos pequeños prestadores postales, decían que Ongaro trabajaba para Yabrán y que era socio del hijo del Brigadier José Juliá, muy próximo al empresario postal”.
Al respecto recordó que lo acusaron de corrupto por “haber denunciado, justamente, una orgía de corrupción, donde Yabrán estaba repartiendo millones. Fue un hecho absolutamente ridículo”.
No obstante, aclaró que “hice lo que debía hacer, fui a la justicia y demostré mi inocencia. Nunca hubo una sola prueba en mi contra, por lo que salí absuelto por la Cámara y la Corte Suprema”.
“Espécimen”
Varela Cid admitió que ese fallo judicial significó el cierre de una etapa, que lo dejó con la conciencia tranquila. Sin embargo, inmediatamente se refirió a los agravios que sufrió por parte de Carlos Soria. “Que este espécimen, en Río Negro, empiece a hablar de mí luego del fallo de la Corte no se lo voy a tolerar”.
“Para eso durante cinco años guardé silencio y estuve a disposición de los jueces para demostrar que yo era inocente. En aquella época había un altísimo grado de corrupción en los medios porque Yabrán era muy generoso con los periodistas corruptos”, precisó.
Añadió que “ahora este señor (Soria) se ha puesto a hablar mal de mi, por lo que lo voy a traer a los tribunales y espero que tenga una condena, que tenga la obligación de retractarse a través de los medios masivos de comunicación, con solicitadas importantes. Hemos hecho reserva para hacer un juicio civil por daños y perjuicios porque tengo dos hijos que –con mucho orgullo- llevan mi apellido y no voy a permitir que este espécimen los ensucie”.
“Lo conozco a Soria”
Más adelante, Varela Cid aseguró conocer el pasado de Carlos Soria. “Hizo un juicio por un obrero que murió electrocutado en Neuquén, para cuya familia consiguió una indemnización de 12.000 pesos. Él, como su abogado, pidió honorarios por 2.000.000 de dólares. Como Neuquén no le quería pagar presentó un proyecto para que el Chocón -que está en Neuquén- pase a Río Negro, como una forma extorsiva para cobrar los honorarios”.
“Esto no es un invento, sino que figura en los archivos de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados de la Nación. Se denunció en su momento, aunque no sé en qué quedó la causa”, afirmó.
¿Por qué ahora?
Al ser consultado sobre el momento en que presenta esta querella, a tres días de las elecciones provinciales rionegrinas, en las que Soria es candidato, Varela Cid aseguró que “lo hice en el momento en que él abrió de más su bocaza, después que vi casualmente in Internet una publicación en la que se refería a mí este personaje”.
Cabe recordar que en una entrevista que se le realizó en FM de la Bahía de San Antonio Oeste en febrero de 2010, reproducidas por el sitio digital El Barilochense, Soria sostuvo que se sentía autorizado para hablar de corrupción “porque he tenido la obligación moral y no me tembló el pulso de haber echado a varios peronistas por inconducta partidaria, como el caso de Luque por el caso María Soledad Morales, yo era presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y me tocó expulsarlo de la Cámara de Diputados”.
Seguidamente manifestó: ”O el caso de Eduardo Varela Cid, que terminó coimeando a los prestadores privados postales para hacer una campaña en la Capital Federal. El caso de Alberto Lestelle, secretario de la Drogadicción de Menem; no solo ha habido archivos de la represión, sino que tuve la valentía de poder ponerme firme delante de hechos de corrupción”.
“No me importa quien gane en Río Negro”
Varela Cid desestimó que esta denuncia tenga fines electoralistas porque “no me importa quien gane en Río Negro”.
“Al otro candidato no lo conozco, no sé quien es ni conozco su nombre. Con todo respeto, no tengo nada que ver con Río Negro”, afirmó.
Concluyó diciendo que “no quiero que ninguno de estos personajes se ponga a hablar de mí sin fundamentos, falseando la realidad, y quede como un latiguillo –cada vez que quiere zafar de una pregunta que le molesta- decir una imbecilidad”.
28 noviembre 2024
Río Negro