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A esta altura del año, a y muy pocos días de iniciarse la temporada estival, el tránsito de vehículos en esta vía de comunicación es permanente, de manera especial los fines de semana.
Sabido es que la cinta asfáltica sufrió serios deterioros por el uso ordinario, aunque las mayores roturas se produjeron por el paso de grandes camiones cargados de áridos. Esa circulación está prohibida para ese tipo de rutas, aunque el gobierno provincial nunca se ocupó seriamente de controlarlo.
En la actualidad, el tramo que une los balnearios El Cóndor y La Lobería está prácticamente concluido, aunque restan hacerse alrededor de cinco kilómetros.
Sin embargo, los controles siguen brillando por su ausencia, ya que los pesados camiones continúan rodando por allí, rompiendo el pavimento.
Si esta actitud no se detiene, no solamente habrá que repavimentar muy pronto el sector entre Viedma y El Cóndor, sino que poco tiempo durará sana la ruta entre éste último y La Lobería.
A los transportistas les pedimos que sean concientes y responsables, debido a que por su accionar todos los rionegrinos –mediante sus aportes- deben luego ver como se destinan fondos a un área que no debería necesitarlo. A las autoridades, simplemente…cumplan con su trabajo.
Las dos caras de la ruta 1
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