SITSA en alerta: "No vamos a tolerar ni un solo despido en Aguas Rionegrinas"

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Guerra había señalado el fin de semana que habrá un aumento de tarifa en las boletas a partir de los próximos meses y que se planifica "disminuir" la planta de empleados, dando de baja a quienes “ni siquiera van al trabajo o no colaboran”.

Estas manifestaciones fueron centro del diálogo que la dirigencia de SITSA mantuvo con Guerra en un encuentro desarrollado en las últimas horas.

“Las declaraciones nos sorprendieron mucho porque entendemos que hoy hay una planta de más de 700 empleados pero con más de 20 servicios, no creemos que sea una planta sobredimensionada”, dijo la líder gremial a La Palabra.

Según Marcelini, las autoridades de la empresa prometieron relevar servicio por servicio, estudiando la función de cada empleado y separando a quienes cumplen con sus funciones de quienes no lo hacen.

No obstante, la dirigente gremial señaló que se mantiene en alerta y cuestionó el trato hacia los empleados. “No creemos que desde una conferencia de prensa se deban anunciar los despidos, con lo delicado que es quedarse sin trabajo o estar pensando todo el día que uno puede ser el próximo”, dijo.

“Este trato no lo merece ningún trabajador. Dicen que la situación de la empresa es complicada, pero convengamos que con los sueldos que se pagan, echando gente no se va a solucionar el problema”, recalcó luego.

Marcelini, visiblemente molesta por la situación, dijo que el gremio “le da todo su apoyo a la nueva gestión porque creemos que ARSA puede salir adelante, pero no vamos a tolerar ni un solo despido porque no creo que esa deba ser la respuesta de un gobierno popular”.

Admitió que un aumento de la tarifa podría mejorar los servicios y pidió a las autoridades de ARSA que “si quieren poner orden que lo hagan en todos los estamentos de la empresa”.

Además, Marcelini dijo creer que en la empresa “no hay ñoquis” y explicó que “hay jefes que no aparecen nunca donde están los trabajadores, pero hay otros capataces que trabajan a la par de los empleados”.

“Es muy delicado que venga tan livianamente a decir ‘vamos a sacar gente’. Me pareció una declaración desafortunada. Estamos hablando de seres humanos”, dijo finalmente.

Guerra había señalado el fin de semana que habrá un aumento de tarifa en las boletas a partir de los próximos meses y que se planifica achicar al planta de empleados dando de baja a quienes “ni siquiera van al trabajo o no colaboran”.

Estas manifestaciones fueron centro del diálogo que la dirigencia de SITSA mantuvo con Guerra en un encuentro desarrollado en las últimas horas.


“Las declaraciones nos sorprendieron mucho porque entendemos que hoy hay una planta de más de 700 empleados pero con más de 20 servicios, no creemos que sea una planta sobredimensionada”, dijo la líder gremial a La Palabra.

Según Marcelini, las autoridades de la empresa prometieron relevar servicio por servicio, estudiando la función de cada empleado y separando a quienes cumplen con sus funciones de quienes no lo hacen.

No obstante, la dirigente gremial señaló que se mantiene en alerta y cuestionó el trato hacia los empleados. “No creemos que desde una conferencia de prensa se deban anunciar los despidos, con lo delicado que es quedarse sin trabajo o estar pensando todo el día que uno puede ser el próximo”, dijo.

“Este trato no lo merece ningún trabajador. Dicen que la situación de la empresa es complicada, pero convengamos que con los sueldos que se pagan, echando gente no se va a solucionar el problema”, recalcó luego.

Marcelini dijo que el gremio “le da todo su apoyo a la nueva gestión porque creemos que ARSA puede salir adelante, pero no vamos a tolerar ni un despido porque no creo que esa deba ser la respuesta de un gobierno popular”.

Admitió que un aumento de la tarifa podría mejorar los servicios y pidió a las autoridades de ARSA que “si quieren poner orden que lo hagan en todos los estamentos de la empresa”.

Además, Marcelini dijo creer que en la empresa “no hay ñoquis” y explicó que “hay jefes que no aparecen nunca donde están los trabajadores, pero hay otros capataces que trabajan a la par de los empleados”.

“Es muy delicado que venga tan livianamente a decir ‘vamos a sacar gente’. Me pareció una declaración desafortunada. Estamos hablando de seres humanos”, dijo finalmente.
 

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