Avoscan se dirigió a los Obispos rionegrinos

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En la carta enviada a los Obispos Mons. Cuenca Revuelta –Alto Valle-, Mons.  Maletti –S. C. de Bariloche- y Mons.  Laxague –Viedma-, Avoscan critica que la jerarquía eclesiástica inicie el debate “desde una definición dogmática: el presupuesto de que sus concepciones sobre la familia y la educación deben ser aplicadas obligatoriamente al resto de la sociedad. Sin importar las creencias y convicciones de aquellos que piensan de otra forma”

Uno de los ejes centrales de la carta se dedica a la familia, en este sentido, Avoscan afirma “En los últimos años, los argentinos fuimos avanzando en la ampliación de derechos con el ánimo de construir una sociedad más justa, democrática y participativa. Para eso, reconocemos que existen diferentes formas de construcciones familiares en la que sus integrantes buscan alcanzar su realización personal y grupal.”

Y agrega, “entendemos, al igual que los prelados, que la familia es un pilar de la organización social pero diferimos en cuestiones básicas.  La Iglesia entiende que nada puede cambiar y nos pone un modelo de familia basado en el pasado; y pretende que sólo ese modelo puede ser incluido en el nuevo Código Civil. Nosotros, como legisladores del Frente Para la Victoria, entendemos que el Código Civil está para alcanzar la igualdad de derechos de todos los habitantes de este suelo, independientemente de sus convicciones personales, y que debe ser incluyente, solidario, pluralista y profundamente humanista”

Asimismo, el legislador nacional hizo referencia sobre el pedido de más diálogo “La Conferencia Episcopal Argentina reclama un debate amplio sobre el proyecto; postura ratificada luego por el plenario de las universidades católicas. Sin embargo, hay conductas de algunos sectores de la Iglesia que contradicen esa voluntad de diálogo. Y por lo tanto, nos permitimos dudar sobre si realmente se está reclamando “diálogo”, o se pretende alguna forma de “monólogo” y aceptación incondicional de los reclamos del sector.”

“No se trata de imponer un modelo religioso, sino de crear un cuerpo normativo que atienda a la inclusión social y que evite cualquier forma de exclusión. Especialmente, la que se establece por la no pertenencia a tal o cual ideología, sector o facción” enfatiza Avoscan en la carta. 

Por último, Avoscan concluye “tengo la sensación de que algunos sectores de la Iglesia Católica se están alejando de los intereses, de las prácticas sociales y de los estados anímicos de la gran mayoría de sus fieles. Que reclaman protagonismo, participación y sobre todo comprensión de las diferencias. Sería interesante un retorno a las fuentes, un revivir de las convicciones pastorales más profundas, una vuelta a la Iglesia de los humildes, de los humillados, de los que esperan ser integrados.”

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