Es el cuarto establecimiento que corre la misma suerte y todo fue mediante idéntica metodología: una comunicación telefónica realizada por una persona a la empresa proveedora del servicio, que luego inspecciona el lugar, detecta falencias y quita el medidor.
La situación ayer tuvo lugar en la escuela Nº 336, del barrio Inaláuquen.
El lunes pasado el gobernador fue consultado por LA PALABRA respecto de este tema y señaló que “lo que estamos viviendo en Viedma es una serie de sabotajes. Todo es a través de la misma mecánica, con personas anónimas, no son ni los padres ni los docentes”.
“Se trata de gente que lo que busca es la suspensión de clases, es una cuestión a propósito. Está denunciado penalmente para investigar el origen de las llamadas”, recalcó.
24 diciembre 2024
Viedma