Caso De Yulis: Duro testimonio familiar desnuda falencias en la atención estatal

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Desde el terrible hecho, ocurrido el 25 de marzo último, los niños están viviendo con familiares. El más chiquito, de dos años, está con los abuelos y los dos mayores, de 6 y 11, viven con sus tías Paola y Verónica. Ambas se han convertido en el pilar de la familia.

"La Justicia dice que tienen que estar todos juntos, pero no se puede. Ellos ahora está separados, pero pasan todo el día juntos. Viven a pocas cuadras de distancia y van juntos a la escuela", comentó Verónica, quien tiene bajo su tutela al mayor de los niños.

"El que más la sufre es el bebé de dos años. El primer mes fue tremendo. Se nos enfermó de depresión. Lloraba y lloraba todo el día. Amanecíamos todos los días en la guardia del hospital", comentó.

"Tiene 2 años y es muy inteligente. El chiquito se quedó esperando a su mamá en la casa del abuelo para ir a la guardería y todavía la espera. Está esperanzado. Anda con una fotito de la mamá para todos lados", dijo.

"Recién ahora está entendiendo lo que pasa y nos tiene mucho odio, porque nosotros le decimos de a poquito que su mamá no va a volver, que está en el cielo. Él se descarga con nosotros, nos golpea y nos insulta", agregó.

Explicó que los mayores "eran muy pegotes de su mamá" y agregó que el niño de 6 años "estos días estaba muy mal, pero hay días en los que está bien". Sobre el mayor dijo que "no manifiesta nada y se guarda todo, pero en estos últimos días han estado con tratamientos médicos".

"Esto es un día a día y recién empieza. Con mi hermana Paola somos el pilar de todo, de los nenes, de la familia, de nuestro padres. A eso tenemos que sumarle todos los trámites", sostuvo.

"En tres segundos nos cambió la vida"

"Para el Estado esto es un número más en la estadística de la violencia de género y nosotros la vivimos de otra forma", dijo Verónica y agregó: "en tres segundos nos cambió la vida, perdimos una hermana, perdimos un cuñado y nos tuvimos que hacer cargo de tres criaturas".

La mujer señaló que cuando ocurrió el hecho tuvieron "tres días" de acompañamiento de todas las figuras del gobierno. Sin embargo, la familia nunca recibió una contención fuerte, necesaria para atravesar estos terribles días de dolor.

"A los dos nenes mayores deciden mandarlos juntos a la Fundación 'Creando Alegría', que era un lugar de contención con talleres de arte y expresión. Pero resulta que los chicos hacían dibujitos y jamás ningún psicológico vio a uno de los nenes".

"El mayor pasó de una etapa a otra. Del dolor a la indignación porque él cree que su madre no se defendió y dice que se tendrían que haber muerto los dos", relató Verónica.

"No hubo contención. Recién ahora, como salimos en los medios, tuvimos reuniones y nos dijeron que ellos no quisieron invadirnos pero siempre tuvimos su apoyo. Pero nosotros nunca nos enteramos", dijo.

Además, Verónica aseguró que su hermana murió cuando estaba por ir a trabajar y "corresponde el pago de los salarios de las tres criaturas, las pensiones por orfandad y los seguros por vida". Este tema fue planteado días atrás en una reunión con Ariel Gallinger, secretario de Gobierno.

"Los salarios de las criaturas los cobra el padre, que está preso. También cobra el 60% de sus haberes porque pasa a ser pasivo. Ese dinero debería ser para sustentar a su familia y no para pagarle al abogado, como hace ahora", se quejó.

Confirmó que la familia es querellante en la causa penal contra Cóseres. "Legalmente nos corresponde una guarda judicial de los chicos y después vamos a tener la tutela de los nenes, pero eso recién cuando lo condenen", añadió.

El juicio se iniciaría en julio del 2014.

"Yanina estaba bien en Viedma"

Verónica relató aspectos de la familia y la relación que Yanina mantenía con Cóseres, particularmente en los días previos al crimen. "Nunca nos imaginamos esto. Yo a mi hermana jamás la vi golpeada. Pero ella estaba en una burbuja y no nos contaba nada. Cristian estuvo unos días antes, paraba en la casa de mi papá, hablaba por teléfono con nosotros", dijo.

"Tenía una relación muy buena con nosotros. No podemos entender lo que hizo", agregó, asegurando que "tuvimos una pérdida doble, porque hasta lo sufrí por él".

"Tuvieron un problema familiar en Cipolletti y se agredieron los dos. Se denunciaron y se separaron. A él lo mandaron a Catriel y a ella a Viedma. Yanina tenía el apoyo de la familia  y estaba bien. Pasamos las vacaciones juntas y se la veía muy bien", explicó.

"El primer rumor que tuvimos de entrada fue que ella tenía una pareja (en Viedma) y eso habría desencadenado el ataque", aseguró.

Contó también que días antes del hecho, Yanina estuvo en Catriel y volvió muy perturbada a la capital. Esto ocurrió el 21 de marzo, cuatro días antes del crimen.

"Estaba asustada. Dijo que fue amenazada de muerte y que Cóseres la mantuvo encerrada en su departamento y le sacó los celulares", relató Verónica. Las amenazas habrían continuado días después por teléfono.

"Vine a hacer un trámite"

El día del crimen, Cóseres apareció sorpresivamente. "Llegó a la escuela, saludó a Yanina y a los chicos. Venía en la moto con el uniforme. Los nenes le preguntaron qué hacía acá y dijo que venía a hacer un trámite. Los chicos entraron a la escuela y ella no los acompañó, se quedó en la calle con él", contó.

"El mayor de los nenes, cuando cuenta lo que pasó, dice que su papá no tenía un arma en la mano pero tampoco estaba en la funda. No sabemos donde llevaba el arma", contó y agregó que, siempre de acuerdo al relato de los chicos, no hubo ninguna discusión: "Los nenes entraron a la escuela y a la media hora se escucharon los disparos".

Cóseres disparó ocho veces contra Yanina. Siete tiros impactaron en su espalda y el octavo en la nuca. "Cuando terminó todo el dijo: 'Ya está, ya la maté'. Bajó el arma y esperó a que lo apresen", dijo Verónica.

"Confío en la justicia divina, pero también en la nuestra. Esperamos reclusión perpetua, pero estamos preparados para todo", sostuvo la hermana de la joven asesinada.

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