Murió Verani: El emotivo mensaje de Saiz: "Despido a mi segundo papá"

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Las palabras de Saiz:

Esta mañana me entere de la triste noticia y si bien pensé que me había preparado para el desenlace, tuve una rara mezcla de sentimientos que movilizaron recuerdos de, aprendizaje, lucha, militancia y momentos compartidos en las buenas y en las malas.
El otro día cuando lo visite en su casa después de hablar de su salud y de política, como no podía ser de otra manera, en un momento de la charla levantó la vista y me dijo “Miguelito, estoy cansado”.
La verdad que escuchar esas palabras de la boca del “viejo” fue tan sorpresivo como duro y emotivo. Sorpresivo porque en tantos años de que nos conocíamos jamás lo había visto, a pesar de los duros momentos que le tocó vivir, como resignándose o dándose por vencido ante la adversidad. Duro, porque a pesar de sus sentimientos y de su afecto para mí era un hombre de una increíble fortaleza, un hombre de hierro y podía superar todo lo malo que le tocaba enfrentar y emotivo porque me di cuenta que se estaba despidiendo.
Que tranquilidad nos daba en momentos difíciles cuando nos decía “a esto lo peleo con la gorra”. A la muerte, incluso, le ganó varias batallas, pero la ley de la vida es implacable para todos. 
Siempre reconocí que fue mi padre en la política, aquel día me di cuenta que Pablo era mucho más que eso para mí. Hoy despido a mi segundo papá, con el que seguramente puedo haber tenido algunas diferencias, las mismas que cualquier hijo tiene con su padre, pero que nunca opacaron el afecto y el sentimiento de agradecimiento que siempre tuve hacia él.
Una de las tantas cosas que me enseñó y que aplico y repito constantemente es que el diálogo es la mejor herramienta de la política, aunque no es siempre consenso, sino también disenso.
Viví como muchos roquenses el proceso de su campaña del 83 y el “cómo no te va a dar bronca”, lo vi caminar incansablemente barrio por barrio, casa por casa, contando las bondades de la democracia, proponiendo un Roca de pie, planificando una ciudad de la periferia hacia el centro, enseñándonos nó a hacer política, sino a trabajar para la gente.
Ese era su desvelo, la gente y cumplió a fuerza de imaginación, perseverancia y mucha pasión, la pasión de los fuertes, de los hombres convencidos y comprometidos. 
Como gobernador le tocó afrontar una de las más profundas crisis económica, social y política del País. Todos los rionegrinos sabemos en las condiciones que asumió el desafío, y que a pesar de todo retomó, actualizó y desarrolló el proyecto estratégico que pergeñó Castello para nuestra querida provincia y nos dejó el camino allanado a los radicales que nos tocó sucederlo.
Nadie, ni su más férreo opositor, puede dejar de valorar todo lo que hizo y lo que nos brindó. Nos brindó “su vida”. A muchos su fortaleza, sus ganas, tenacidad, vigor, lucidez y su pasión nos involucró profundamente en la política. No dudó en aportar su sabiduría y experiencia, su afecto y comprensión.
Hoy nos dejó un maestro, un líder carismático, su cualidad de estadista le permitió comprender que ningún camino es fácil y que los obstáculos se vencen con perseverancia y paciencia. 
Ése, Pablo, es tu mejor legado, el que nos permite que volvamos a creer en los sueños y que sigamos teniendo ganas de cambiar la realidad. Hasta siempre. Te quiero mucho.

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