El enfrentamiento de hoy, que rozó el escándalo e incluyó a los parlamentarios Susana Dieguez y Pedro Pesatti, comenzó ante la queja de la ex radical por el retiro de un proyecto, y se salió de cause ante la orden del presidente de apagar los micrófonos.
La interna del FpV y el desconocimiento que todavía tienen, tanto la presidencia como las dos secretarías, del reglamento interno, son una mecha a punto de encenderse ante el mínimo debate.
Los primeros cruces e ironías se iniciaron con el pedido sobre tablas de algunos proyectos y se profundizaron cuando Piccinini se quejó porque no había ingresado a la sesión el Convenio Colectivo para los empleados del Poder Judicial, que había sido aprobado en comisiones.
Haciendo oídos sordos a los pedidos de la legisladora, Peralta ordenó seguir con el temario y la sesión se desmadró. Aún sin micrófono, Piccinini hablaba a los gritos, Bautista Mendióroz pedía cuarto intermedio y Ricardo Ledo levantaba la mano para hablar.
En medio del desorden, el legislador Pesatti escuchó que la diputada reginense lo acusaba de esconderse y maltratar a los empleados, y se puso de pie para responderle. Esto provocó que la ya enardecida Piccinini dejara su banca e intentara llegar hasta la del presidente del bloque del FpV.
La intervención del diputado Cesar Miguel impidió que la discusión pasara a mayores porque, rápido de reflejos, no dejó que la representante del bloque Eva Perón llegara a destino. En ese momento, la legisladora Susana Dieguez se sumó a las críticas que le recordaban el pasado radical a Piccinini a lo que ésta le respondió que era “una entregadora”.
Para terminar de cerrar el bochornoso espectáculo, quien debía ordenar el recinto, su presidente, Carlos Peralta, sin levantarse de su silla y a los gritos, decidió imitar a sus pares y vapulear a Piccinini.
Finalizada la impactante escena, se dio por terminado el cuarto intermedio ante la mirada atónita de quienes estaban en el recinto y en las bandejas.
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14 enero 2025
Viedma