Algunos, como en nuestro caso desde la CTA, sí estábamos muy preocupados por el creciente dominio y autogobierno de la cúpula policial en las estructuras de seguridad y carcelarias de la provincia de Río Negro, puntualmente desde que llegó al poder el ministro Di Giácomo, destrozando todo armado institucional que pretendiera construir una Seguridad Democrática en la provincia. Algo que expresamos en varias oportunidades antes de diciembre, sobre todo luego de la constitución del SUTPLA - CTA en agosto. Así lo expresamos cuando se sucedieron varias salvajes represiones y maltratos en las cárceles, gran cantidad de extrañas fugas y otras circunstancias, en el contexto de la impunidad que logran en el poder judicial rionegrino los graves crímenes que tienen como protagonistas a sectores policiales, como los crímenes de Bariloche de junio de 2010, el de Coco Garrido o la desaparición de Daniel Solano, entre otros.
El 9 de diciembre, desde la CTA Río Negro difundimos un documento condenando la rebelión policial en todo el país y en nuestra provincia también, repudiando el escandoloso festejo de algunos funcionarios, luego de su claudicación frente a la extorsión policial, que redundó en muchos más beneficios para la cúpula policial que para los agentes de abajo.
En dicho documento, reclamamos al gobierno provincial que se expresara en defensa de las instituciones democráticas, que habilitara la negociación paritaria como "adecuada respuesta a los miles de trabajadores que hoy reclaman igualdad de derechos a un salario justo como lo han logrado los policías". En ese mismo contexto reclamamos una adecuada respuesta política y no represiva "para contener a todos los sectores sociales que siguen padeciendo la pobreza y la desigualdad..."
A partir de ese momento vimos cómo algunos dirigentes de gremios estatales llamaban a seguir el camino de los policías, tomándolos como vanguardia de la lucha de los estatales, como si los trabajadores pudiéramos reclamar con los mismos métodos y atributos de poder que este sector utilizó para conseguir una respuesta tan rápida y contundente, debilitando claramente las instituciones democráticas que todos debemos defender y sostener. No nos sumamos a ese planteo ni lo haremos jamás porque creemos que ese es el límite. No llegamos a hacerlo cuando nos adeudaban varios meses de sueldo, cuando teníamos las antigÜedades congeladas, la zona desaparecida y nos echaban a miles de compañeros a la calle y del aguinaldo nadie tenía noticia alguna en varios meses y hasta años. En esa época estuvimos mucho en las rutas, en las calles y los edificos públicos, porque teníamos gobiernos que nos maltrataban y violaban todos los derechos en grado extremo. No creemos que hoy se viva la misma situación, aunque respetamos todos los reclamos que se hacen con justa razón y entendemos la bronca que generó en muchos estatales el resultado de la extorsión policial, aunque nos privamos de producir una respuesta demagógica que nada construye para el futuro.
Estamos dispuestos a acompañar y hacer propias todas las justas luchas que no signifiquen ser furgones de cola de ningún sector antidemocrático. Consideramos que hay muchas cosas para cambiar y mejorar, siempre en el camino de sostener las instituciones democráticas y de impedir el avance de los sectores políticos de la derecha neoliberal que hoy golpea a cada instante a nuestra sociedad, pretendiendo que todo está peor y así preparan su retorno al poder que vendrá con devaluaciones, rebajas de salarios y derechos, despidos y desocupación, como fue en los 90.
Lamentamos con tristeza el profundo silencio y falta de condena a la rebelión policial por parte de la dirigencia sindical que ahora nos cuestiona este supuesto silencio que no es tal.
También lamentamos su no asistencia a la convocatoria pública que hicimos el 17 de diciembre en Viedma y el 20 de diciembre en Fiske Menuco, para constituir un Foro por una Seguridad Democrática, donde con distintos sectores sociales, gremiales y políticos hemos comenzado a debatir la grave situación institucional que vivimos, entendiendo como sus principales causas a la desigualdad social y a la falta de una justicia y una seguridad democráticas. Justamente en dichos debates hemos comenzado a delinear algunas propuestas importantes, como la reforma de la ley del comité contra la tortura, la sanción de una ley de remuneraciones que tome como principio básico que nadie cobre del Estado, por todo concepto, en materia salarial, más de 8 veces de lo que cobra el estatal que menos gane en la provincia, abarcando en ella a "todos" los poderes y sectores del Estado, definiendo la incompatibilidad de cargos y funciones de ciertos profesionales que trabajan en el Estado y siguen cobrando "honorarios", aún cuando realizan tareas vinculadas a su propia función o tienen superposiciones de tareas y horarios en sus actividades estatales y privadas.
Sostenemos el mismo compromiso de siempre con los derechos sociales del conjunto del pueblo rionegrino, por eso seguimos trabajando por el derecho a la tierra de pequeños crianceros y productores, contra la precarización laboral de nuestra clase, tanto en el sector público como en el privado, por el pleno respeto a la libertad sindical en todos los sectores de trabajadores, incluidos los que están privados de su libertad o son víctimas de distintas formas de trabajo esclavo. Y por supuesto con la plena disposición de hacer nuestras todas las luchas de los estatales, cuando sean genuinas y no se desarrollen como variables desestabilizadoras a favor de la derecha mediática, política o policial.
Luis Giannini, Secretario General de la CTA Río Negro.
16 noviembre 2024
Opinion