Los entretelones del plan fallido de Alfonsín para mudar la capital a Viedma

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El ambicioso plan se comenzó a elaborar varios meses antes, en el más estricto secreto del círculo cercano al ex mandatario, con la idea de hacer el lanzamiento el 22 de abril, fecha del aniversario de la fundación de la capital rionegrina.

Pero hubo un inesperado destape periodístico: el diario Clarín, en su tapa del domingo 13 de abril, tituló “El Gobierno estudia el traslado de la Capital a Viedma” y los acontecimientos se precipitaron.

La fuerte primicia tuvo como responsable al periodista Omar Livigni, quien era por entonces corresponsal del matutino para Viedma y la Patagonia.

“Había un conjunto de indicios que se venían gestando durante febrero y marzo en el mayor sigilo, pero que posibilitaron conocer de qué se trataba. Una noche estaba en una reunión, en el domicilio del empresario Alberto Andría, donde el gobernador rionegrino Osvaldo Alvarez Guerrero dejó trascender el proyecto de traslado”, recordó Livigni, en diálogo con Télam.

Añadió que “el propio gobernador me pidió reserva, pero yo mandé una nota al diario a fines de febrero, contando lo poco que se sabía; desde Buenos Aires me contestaron que era un tema muy fuerte para publicarlo sin tener total confirmación”.

“Pasaron las semanas y el material no se publicaba, hasta que el día 11 de abril, en una reunión de gobernadores en Posadas el tema volvió a filtrarse y el corresponsal de Misiones también avisó a la redacción; al día siguiente, sábado, me llamó Joaquín Morales Solá, por entonces prosecretario de Clarín para avisarme: la noticia sale mañana, en tapa y las páginas dos y tres”, completó su relato.

Tras la sorpresa por la filtración periodística, Alfonsín viajó el miércoles 16, a primera hora, a La Plata, y enseguida a Viedma, para entregar a los respectivos gobernadores Alejandro Armendáriz (Buenos Aires) y Álvarez Guerrero (Río Negro) las copias del proyecto de ley del traslado.

En el mediodía de una jornada cálida y otoñal Alfonsín habló desde el balcón del ministerio de Economía, en frente del río Negro, en Viedma, y lanzó la proclama que se haría famosa, la de marchar “hacia el sur, hacia el mar y el frío”.

Desde aquel día 16 de abril de 1986 transcurrirían casi dos años de entusiasmo y vitalidad en torno al proyecto alfonsinista.

En ese período pleno de expectativas hubo tres nuevas visitas del presidente de la Nación a la zona: en septiembre de 1986 para celebrar desde la costa del río Negro el Día Internacional del Turismo; en julio de 1987 para acompañar a su par de Brasil, José Sarney, y firmar acuerdos en el marco del naciente Mercosur; y en agosto de ese mismo año, trayendo a Carmen de Patagones los restos del comandante Luis Piedrabuena.

En abril de 1987 Viedma acogió, por espacio de casi tres horas, al Papa Juan Pablo II en su recorrida por el interior del país, pero no lo acompañó Alfonsín para despegar la visita eclesiástica del tema del traslado de la capital.

A mediados de aquel mismo año el Congreso de la Nación aprobó la ley para el Traslado de la Capital Federal, promulgada por Alfonsín bajo el número 23.512.

En ese interín con regularidad quincenal llegaron a Viedma numerosas y calificadas comitivas de embajadores, parlamentarios, dirigentes políticos y figuras de los ambientes deportivo, artístico y cultural.

Los licenciados en Ciencias Políticas Marina Tortarolo y Matías Pastor analizaron el proyecto de traslado de la Capital en un trabajo conjunto para su tesis de grado, en la Universidad Nacional del Comahue, en el año 2013.

Para estos politólogos “el fracaso de la idea de llevar adelante el traslado de la Capital Federal se desencadenó por varios factores que convergieron en este desenlace. Una gran responsabilidad le cabe a los empresarios de la metrópolis, quienes veían en la reubicación de la capital una traba al sistema de producción montado en la ciudad de Buenos Aires”.

“La crisis económica de la época hizo su aporte también. Por otra parte, la burocratización de los procedimientos de licitaciones de las diferentes obras programadas aportó su cuota para el posterior fracaso del proyecto”, añadieron.

Tortarolo y Pastor se refieren también a las exigencias estilistas en el diseño urbano para la nueva capital, que se levantaría unos 15 kilómetros al este de la actual Viedma, y señalan que “ese incesante trabajo de hacer, rehacer, pulir y volver a planificar buscando la perfección en el proyecto, dilató su culminación, lo que generó que el factor tiempo se convirtiese en una traba más del proyecto”.

En ese sentido apuntan que “Alfonsín esperó a la finalización (del proyecto urbano) para trasladar el gobierno a la futura capital”, y recuerdan que, muchos años después, el propio ex presidente se lamentó de esa demora y afirmó: “yo me tendría que haber ido aunque fuera en una carpa”.

Finalmente, la ley 23.512, sancionada y promulgada entre mayo y junio de 1987, quedó sin efecto en el 2014 al aprobarse el Digesto Jurídico Argentino donde se anularon aquellas normas nunca puestas en vigencia.

FUENTE: Telam

Por: Carlos Espinosa

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