El grupo de profesores de educación física, como lo hacen año tras año (aunque lo mejoran constantemente) ideó y puso en práctica una serie de juegos y actividades para todas las edades. Así es que estuvieron –por ejemplo- aquellas instancias para que se diviertan quienes aman el deporte o los sitios dedicados exclusivamente a las pinturas, la cosmética, el arte, etc.

Las sonrisas y las expresiones en los rostros de los chicos constituían una clara prueba de que el objetivo buscado por la organización estaba siendo alcanzado claramente: la estaban pasando muy bien. Esos mismos gestos se podían observar en las caras de los mayores, quienes disfrutaban a la par de sus hijos y nietos. Mucho más satisfechos se encontraban los miembros de la Comisión Directiva del gremio porque una vez más las cosas estaban saliendo como era esperado.

Dicha Comisión fue la encargada de adquirir previamente una serie de regalos que, con un numerito entregado a los niños previamente, fueron sorteados entre los asistentes.

Si bien la idea principal era lograr la alegría de los pequeños con las divertidas actividades programadas, no es menos cierto que cualquier ser humano se contenta cuando llega un regalo. Y ésta, por supuesto, no fue la excepción.

La gente de APEL también se alegró por ello. Valió la pena tanto esfuerzo, tantas horas de trabajo y preparación, pero fundamentalmente de ‘buena onda’ de todos los organizadores.

“Cansado, pero feliz, una vez más cumplimos con los trabajadores del Poder Legislativo. Más de 230 hijos y nietos festejaron el Día del Niño. Gracias a todos los compañeros que estuvieron esta tarde en nuestro salón. Espero que también lo hayan pasado tan bien como lo pase yo. Les mando un abrazo”, sostuvo al término del evento el titular del sindicato, Alejandro