“La disparidad entre varones y mujeres en los altos
cargos del Poder Judicial es ostensible en el país, Río Negro no es la
excepción”, señaló la presidenta del bloque María Eugenia Martini, quien
recordó que “desde 1959 a la fecha, en toda la historia del Superior Tribunal
ha habido 39 miembros; sólo cuatro mujeres y, entre ellas, sólo tres en
democracia”.
“Ya es hora de revertir esa tradición”, planteó.
“Entendemos que ambos cargos (tras la renuncia de Adriana Zaratiegui y Enrique
Mansilla) deben ser ocupados por mujeres. La igualdad de derechos debe ser
siempre progresiva”, sostuvo.
Según datos del informe 2020 de la Oficina de la Mujer de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación, las mujeres integraron
mayoritariamente el Poder Judicial (56%) el año pasado, pero solo el 31%
alcanzó los máximos cargos.
“El Poder Judicial es verticalista y patriarcal, basta
con ver la foto de los integrantes de la Corte Suprema; hay un evidente techo
de cristal que admite a las mujeres en el sistema de Justicia, pero la
presencia femenina tiende a desaparecer en las instancias superiores. No hay
una única mujer al frente de los ministerios públicos fiscales en ningún rincón
del país”, remarcó.
Según el artículo 37 de la Ley Orgánica, el STJ se
integra “con vocales de ambos sexos (aunque sin fijar porcentajes), procurando
una equilibrada representación de las distintas Circunscripciones”.
“Si descontamos que todos los y las aspirantes exhiben
una alta idoneidad y solvencia, la discusión recae en la representación
jurisdiccional, y sólo en última instancia se plantea la paridad de género”,
apuntó Martini. “Se trata de un falso dilema, porque no son condiciones que se
excluyan entre sí”, agregó.
Siempre de acuerdo al registro de la Corte Suprema, en la
cumbre de la pirámide judicial en Río Negro el 60% de los cargos son ocupados
por varones (ministros); en el caso de los magistrados y magistradas, la
proporción es de 54 a 46%. Recién en el escalafón administrativo la presencia
de mujeres es mayoritaria, y alcanza al 71%.
Para la legisladora “el desafío es consolidar la agenda
feminista con políticas públicas. El Poder Judicial particularmente -y en
general el Gobierno– sigue siendo conservador en este sentido. Tenemos una
primera gobernadora mujer pero hubo que esperar casi cuatro décadas de
democracia. Al mismo tiempo hay organismos de Gobierno y programas de género
acéfalos o desfinanciados. Necesitamos menos gestos y más hechos”, señaló.
Otro aspecto central y vinculado al anterior es, para
Martini, cambiar, la “mirada” de los magistrados y magistradas que integren el STJ
“incorporando una visión centrada en los derechos sociales como el Derecho del
Trabajo o de familia; el derecho migratorio y el derecho previsional”.
“Río Negro está ante la oportunidad de provocar un hecho
de estricta justicia, si por fin propende a compensar su histórica disparidad
en el máximo tribunal. Será esta también la oportunidad para que el oficialismo
refrende con hechos la equidad de géneros que proclama”, concluyó la presidenta
del bloque del FdT.
20 abril 2024
Río Negro