Investigadores descubrieron en el Área Paleontológica de La Buitrera, Río Negro, los fósiles de una nueva especie de cocodrilo denominada "Araripesuchus manzanensis". Este cocodrilo, que medía aproximadamente un metro de largo y 40 centímetros de alto, se caracteriza por un hocico angosto y fosas nasales al frente, similar a los de un perro o un zorro.
El Araripesuchus manzanensis pertenece al grupo de los araripesuquios, diferenciándose de los cocodrilos modernos por tener las fosas nasales y los ojos posicionados de manera distinta, lo que les permitía respirar con el cuerpo sumergido. Sus ojos se encontraban a los costados de la cabeza, y sus patas, ubicadas directamente debajo del cuerpo, le otorgaban agilidad para desplazarse en busca de alimento, tanto animal como vegetal, de manera similar a los zorros actuales.
Los investigadores resaltan que esta nueva especie se distingue de otras por sus dientes posteriores, que son menos puntiagudos y más redondeados, conocidos como molariformes. Estos dientes poseen una corona bulbosa con pequeños abultamientos en el borde de una de las superficies de oclusión, lo que sugiere una dieta que incluía animales pequeños de caparazón duro, como caracoles e insectos. El nombre de la especie rinde homenaje a "El Manzano", un establecimiento rural que brindó apoyo y alojamiento al equipo de trabajo durante sus campañas paleontológicas.
Desafíos y Colaboraciones
El descubrimiento del Araripesuchus manzanensis fue posible gracias al esfuerzo conjunto de un equipo de investigadores liderado por Fernando Garberoglio, Facundo Riguetti, Rocío Vera y otros destacados científicos. La limpieza de los fósiles estuvo a cargo del técnico Leonardo “Harry” Pazo, mientras que las ilustraciones fueron realizadas por el paleoartista Lautaro Rodriguez Blanco, y la reconstrucción y animación del animal por Gabriel Díaz Yantén.
La investigación fue publicada en la revista científica Journal of Systematic Palaeontology bajo el título “A new species of Araripesuchus with durophagous dentition increases the ecological disparity among uruguaysuchid crocodyliforms”. Este trabajo contó con el apoyo financiero de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, el CONICET, la Fundación Azara, la Universidad Maimónides, la Jurassic Foundation y la National Geographic Society.
Importancia para la Paleontología
El hallazgo del Araripesuchus manzanensis se suma a las otras dos especies conocidas de la misma época en Argentina: A. patagonicus de Neuquén y A. buitreraensis de Río Negro. Este último fue publicado por Diego Pol y Sebastián Apesteguía en 2005 y descubierto en la misma localidad de La Buitrera, cerca de Cerro Policía.
Las réplicas de los fósiles del Araripesuchus manzanensis estarán disponibles para su observación en el Museo Provincial Carlos Ameghino de Cipolletti, bajo la órbita de la Secretaría de Cultura de Río Negro. Este descubrimiento no solo enriquece el conocimiento paleontológico de la región, sino que también destaca la importancia de las colaboraciones interdisciplinarias y el apoyo institucional en la investigación científica.
1 noviembre 2024
Río Negro