El 47% del estudiantado de la UNRN pertenece a sectores de bajos ingresos

Un informe de la Oficina de Aseguramiento de la Calidad revela un aumento en la inclusión de estudiantes de bajos recursos en la Universidad Nacional de Río Negro

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Un reciente informe elaborado por la Oficina de Aseguramiento de la Calidad (OAC) de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) destacó que el 46,6% de su estudiantado pertenece a los sectores socioeconómicos más bajos. Este análisis abarca un período de 15 años, desde 2009 hasta 2024, y evidencia una mayor concentración de estudiantes en los quintiles de ingresos más bajos.

El estudio, titulado "Estudiantes UNRN por quintil de ingreso 2009-2024", detalla que el 25,5% de las y los estudiantes proviene de familias cuyos ingresos se sitúan en el primer y segundo quintil, con un ingreso promedio de $154.476, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Esto refleja una tendencia hacia la mayor accesibilidad de la educación superior para sectores históricamente desfavorecidos, un indicador positivo en términos de inclusión.

El informe de la OAC coincide con otro estudio reciente de la consultora exQuanti, que indica que el 48,5% de los estudiantes universitarios vive en hogares en situación de pobreza. Este porcentaje ha aumentado significativamente desde el primer trimestre de 2023, cuando se situaba en el 30,7%.

Además de este crecimiento en la participación de los sectores más vulnerables, el análisis de la OAC también resalta un aumento moderado en la proporción de estudiantes provenientes de hogares de ingresos medios, que se encuentran en los quintiles III y IV, demostrando que la UNRN sigue atrayendo a jóvenes de clases medias.

A pesar de este avance en la inclusión, el informe subraya que persisten barreras históricas, como las desigualdades en el capital formativo de los ingresantes, lo que se refleja en el perfil de los graduados universitarios, donde las personas de mayores ingresos están más representadas. En este sentido, la OAC destaca la importancia de seguir implementando políticas educativas que compensen estas desigualdades iniciales.

Por último, el informe enfatiza que la inversión en educación superior es un motor clave para la inclusión y la movilidad social. Las políticas de inclusión de la UNRN han demostrado ser efectivas, pero se requiere un fortalecimiento continuo de estas medidas para garantizar una mayor equidad en el acceso y la permanencia en la educación universitaria.

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