Influenza aviar: SENASA refuerza controles en establecimientos avícolas

El organismo sanitario señala la importancia de notificar cualquier sospecha, como alteraciones en la producción o mortalidades inusuales

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La influenza aviar sigue siendo una amenaza latente en el país, especialmente en esta época del año debido a los vuelos migratorios de aves silvestres que pueden portar el virus. El médico veterinario Fernando Bianchetti, referente de Sanidad Aviar del Centro Regional Patagonia Norte del Senasa, destacó en una entrevista con el periodista Jorge Olivero, las medidas preventivas implementadas y la importancia de la bioseguridad en granjas comerciales y familiares para evitar un brote de la enfermedad.


“El Senasa está reforzando los controles en establecimientos avícolas, revisando la bioseguridad y educando a los productores sobre la importancia de notificar cualquier sospecha, como alteraciones en la producción o mortalidades inusuales”, explicó Bianchetti. Las inspecciones buscan prevenir la transmisión del virus, que tiene como principal vector a las aves silvestres durante sus migraciones estacionales.


La enfermedad, que hizo estragos el año pasado en Argentina, afecta especialmente a las aves comerciales, aunque puede transmitirse a mamíferos. “El virus muestra una rápida capacidad de mutación. Se detectó en zorros, lobos marinos y elefantes marinos, causando altas tasas de mortalidad en estas especies”, señaló.


Entre las principales medidas preventivas, Bianchetti destacó la desinfección del calzado y las manos antes de ingresar a los galpones, la instalación de mallas antipájaros, y el uso de rodalubios con desinfectantes en los accesos de las granjas. “El virus puede permanecer en el ambiente durante mucho tiempo en condiciones de humedad y temperatura, por lo que es crucial evitar el contacto entre aves silvestres y aves de producción”, advirtió.


Aunque la influenza aviar no se considera una zoonosis de alto impacto en humanos, el experto llamó a extremar precauciones al manejar animales sospechosos, incluyendo el uso de guantes, barbijos y otros insumos de bioseguridad.


Bianchetti también mencionó los síntomas que deben alertar a las y los productores: “Una disminución repentina en la producción de huevos, el consumo de agua y alimentos, así como síntomas neurológicos como incoordinación y movimientos erráticos, son señales claras de la enfermedad”.


Finalmente, aunque Argentina recuperó su estatus de país libre de influenza aviar tras intensos esfuerzos, el especialista advirtió que el riesgo persiste debido a la migración de aves portadoras desde el hemisferio norte. “Es vital mantener y reforzar las medidas de bioseguridad para proteger tanto a la industria avícola como a la fauna silvestre”, concluyó.   

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