La Asamblea Universitaria de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) expresó una profunda preocupación por la falta de previsibilidad presupuestaria y el impacto del desfinanciamiento en el sistema de educación superior. El máximo órgano de gobierno de la casa de estudios aprobó por unanimidad la Memoria Institucional y la Cuenta de Inversión 2024, en una sesión en la que el eje principal fue la crítica situación financiera que atraviesa la universidad.
Durante el encuentro, realizado en modalidad virtual con la participación de 54 consejeros superiores, el rector Anselmo Torres expuso el balance de gestión del último año, señalando que la institución fue “resiliente” frente a un contexto adverso, pero advirtió que la sostenibilidad del sistema universitario está comprometida. “Sin presupuesto no tenemos previsibilidad posible”, remarcó, haciendo referencia a la dependencia de los fondos nacionales y a la falta de garantías sobre los recursos disponibles para 2025.
Las intervenciones de Torres y los vicerrectores Andrea Tapia, Daniel Barrio y Diego Aguiar coincidieron en señalar el efecto que tuvo la demora en el aumento de partidas para gastos de funcionamiento, que recién se concretó a mediados del año pasado, tras la masiva movilización universitaria del 23 de abril. Aunque el incremento fue del 270%, se aplicó cuando la inflación acumulada ya rondaba el 500%, lo que impidió ejecutar buena parte de la planificación prevista, según informaron desde la Secretaría de Programación y Gestión Estratégica.
Las críticas se centraron especialmente en la política universitaria del actual Gobierno Nacional, al que se acusó de mostrar desinterés por la educación pública, la ciencia y la tecnología. En ese sentido, se destacó que los incrementos salariales otorgados a docentes y nodocentes durante el último año apenas superaron el 90%, muy por debajo de la inflación, lo que generó una pérdida del poder adquisitivo estimada en 80 puntos porcentuales.
Otro de los puntos de alarma fue la situación del sistema científico nacional, en particular la decisión oficial de no incorporar nuevos investigadores al CONICET. Torres subrayó que alrededor del 30% del personal docente de la UNRN depende de ese organismo, y advirtió que la falta de ingresos de profesionales amenaza con vaciar el sistema. “No es solo un ataque a las universidades, es un ataque al sistema científico tecnológico en su conjunto”, señaló.
Frente a este escenario, las autoridades universitarias indicaron que si bien el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) trabaja en una propuesta legislativa de financiamiento, la iniciativa se limitaría al artículo 12 de la ley de presupuesto nacional, dejando sin resolver otros aspectos clave del sostenimiento institucional. “El futuro que antes generaba esperanza, hoy pareciera devolvérnosla en forma de distopía”, planteó el rector.
Pese a las restricciones presupuestarias, se destacaron algunos avances logrados en el último año: ampliación de la oferta de posgrados, digitalización de procesos, mejoras en la gestión institucional y acuerdos estratégicos con distintos actores territoriales. Torres agradeció el compromiso de la comunidad universitaria para sostener las actividades y llamó a iniciar un debate sobre el rumbo que debe tomar la UNRN frente a las nuevas demandas sociales y los desafíos regionales.
El balance anual dejó expuesta una preocupación transversal por la sostenibilidad de la educación superior pública en el país. En ese contexto, la Asamblea dejó claro que más allá de los números aprobados, el verdadero desafío está en asegurar las condiciones mínimas para que las universidades puedan cumplir con su rol estratégico en el desarrollo del conocimiento, la equidad y la democracia.
9 mayo 2025
Nacionales