La producción de sidra en Río Negro atraviesa un proceso de transformación clave tras la reciente modificación del Código Alimentario Argentino, que permite ampliar las variedades elaboradas, reconoce oficialmente la sidra de pera y abre nuevas posibilidades de desarrollo para productores locales.
La información fue confirmada por fuentes del Ministerio de Desarrollo Económico y Productivo de Río Negro, que destacaron la importancia de la medida tanto en términos productivos como comerciales. Con la nueva normativa, se incorporan nuevas categorías, como la sidra champañizada y otras versiones con agregados naturales —limón, jengibre, miel o frutos rojos—, acercando a la sidra rionegrina a las tendencias internacionales de consumo y habilitando una mayor diversidad de productos.
Hasta el momento, el Código limitaba la definición de sidra a una única versión tradicional. Con la actualización, no solo se amplía el abanico de opciones, sino que se reconoce oficialmente la sidra elaborada a partir de peras, un producto que algunos emprendimientos locales ya venían desarrollando en los últimos años sin marco legal específico.
La iniciativa es resultado de un trabajo articulado entre productores, técnicos, universidades, emprendedores y sectores privados, en conjunto con organismos del Estado provincial. Desde el ministerio a cargo de Carlos Banacloy señalaron que “se busca posicionar con más fuerza a la sidra rionegrina y darle la competitividad necesaria para que nuestros productores sigan creciendo, innovando y generando valor en su tierra”.
Uno de los objetivos centrales de esta política es desestacionalizar el consumo, históricamente concentrado en las fiestas de fin de año. Con productos más diversos y de mayor valor agregado, se apunta a fortalecer la presencia de la sidra durante todo el año, ampliando la demanda de manzanas y peras, y reforzando así la actividad frutícola.
El crecimiento de este sector también se refleja en el aumento de productores y plantas embotelladoras en la región, particularmente en la ciudad de Villa Regina, donde se instalaron nuevas unidades que fortalecen la cadena de elaboración local. Además, la Universidad Nacional de Río Negro acompaña este proceso desde su planta piloto de sidra, promoviendo la innovación y el desarrollo de productos diferenciados.
Paralelamente, avanza el trabajo conjunto para obtener una Indicación Geográfica (IG) que permita distinguir la sidra rionegrina en los mercados nacionales e internacionales, como parte de una estrategia más amplia de diversificación productiva y agregado de valor en origen.

12 diciembre 2025
Río Negro