La sudestada cede pero el río continúa alto y persiste el monitoreo preventivo

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Luego de una jornada marcada por una fuerte sudestada que afectó a Viedma y a la villa marítima El Cóndor, este lunes se registran condiciones climáticas algo más favorables, aunque las inclemencias no han cesado del todo. El nivel del río Negro continúa alto y mantiene en alerta a las autoridades, aunque ya no se encuentra por encima del muro de contención de la costanera capitalina.

El fenómeno, que se produjo por la acción combinada de fuertes vientos del sudeste, mareas altas y el incremento del caudal del río debido a la apertura de represas en los ríos Limay y Neuquén, tuvo su punto crítico el domingo. En Viedma, el agua avanzó sobre sectores de la costanera, especialmente por calle Saavedra, lo que motivó cortes preventivos de tránsito. Si bien no se registraron evacuaciones ni daños materiales, se mantuvo una vigilancia constante por parte de Defensa Civil.

El río Neuquén multiplicó por cinco su caudal habitual, pasando de 80 a 400 metros cúbicos por segundo, mientras que el Limay aumentó de 600 a 900. Este significativo aporte al río Negro generó una crecida que, sumada a las ráfagas de hasta 90 kilómetros por hora registradas durante la alerta amarilla del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), produjo un inusual avance del agua hacia la zona urbana.

En la villa marítima El Cóndor, la situación fue similar. La marea avanzó sobre el tramo comprendido entre el faro y la bajada de Picoto, sin afectar la vía principal de circulación. La respuesta de los equipos de emergencia y las medidas preventivas evitaron mayores consecuencias.

El SMN prevé para este lunes una disminución de la intensidad del viento, aunque las condiciones meteorológicas seguirán siendo inestables durante los próximos días. Podrían registrarse nuevas ráfagas aisladas a lo largo de la semana.

Las autoridades locales mantienen activo el monitoreo en ambas localidades y reiteran la importancia de evitar la circulación por zonas costeras mientras persistan los riesgos asociados al oleaje y el alto caudal del río. Se solicita a la población respetar las indicaciones oficiales y actuar con prudencia ante un escenario que, si bien tiende a estabilizarse, aún requiere atención.

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