Baja en la pobreza, pero cuestionan la medición oficial

Indec informó que en el primer semestre de 2025 el 31,6% de las personas vive bajo la línea de pobreza. Especialistas y organizaciones advierten que los indicadores están desactualizados y no reflejan la realidad social.

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En el primer semestre del año, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza alcanzó el 24,1 por ciento, donde residen el 31,6 por ciento de las personas, según informó el Indec. Esto significa que una de cada tres personas es pobre en Argentina. Dentro de ese conjunto, el 5,6 por ciento de los hogares se encuentra en situación de indigencia, lo que equivale al 6,9 por ciento de las personas.

El organismo estadístico señaló que se trata de valores similares a los registrados a fines de 2018 y que muestran una baja respecto de 2024. La pobreza descendió 21,3 puntos porcentuales en comparación con el primer semestre de ese año, cuando impactó de lleno la devaluación inicial del gobierno de Javier Milei, y 6,5 puntos en relación con el segundo semestre. La indigencia, en tanto, se redujo 11,2 y 1,3 puntos porcentuales respectivamente.

De acuerdo con la extrapolación de los datos oficiales, en los primeros seis meses de 2025 unas 15 millones de personas fueron pobres en el país, mientras que 3,3 millones atravesaron una situación de indigencia. El valor de la canasta básica total —límite de ingresos que define la pobreza— fue estimado en 1.065.691 pesos, mientras que la canasta básica alimentaria alcanzó los 452.742 pesos.

Especialistas de centros de investigación y organizaciones sociales advirtieron que los resultados deben leerse con cautela. Agustina Haimovich, del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (Ipypp), sostuvo que el descenso de los indicadores “está atravesado por factores metodológicos”, debido a que la Encuesta Permanente de Hogares mostró “fuertes mejoras de ingresos no verificadas en otras fuentes”.

En la misma línea, el Centro de Economía Política Argentina (Cepa) cuestionó que las canastas oficiales se calculan con datos de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2004/05, pese a que el Indec ya dispone de la versión 2017/18. Esa diferencia, remarcan, subestima los gastos en servicios, que crecieron más que los alimentos, y genera que más hogares aparezcan por encima de la línea de pobreza.

Desde el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA señalaron que, si bien se registran mejoras, “los datos oficiales sobrerrepresentan el alivio social” y recomendaron actualizar las canastas de referencia y transparentar su efecto sobre las series históricas.

“Da la sensación de que no se está midiendo bien la pobreza. Desconfiamos de esos números, como también del dato de inflación”, expresó Rafael Klejzer, dirigente del Movimiento Popular La Dignidad. Según indicó, la situación es crítica en provincias del Norte Grande, con elevados niveles de vulnerabilidad en Chaco y Misiones.

Las estadísticas oficiales también muestran disparidades regionales: la mayor incidencia de pobreza se da en el Noreste (39 por ciento) y en Cuyo (33,8 por ciento), mientras que la menor se registra en la Patagonia (27 por ciento). La región Pampeana alcanzó 30,5 por ciento, el Gran Buenos Aires 31,5 y el Noroeste 31,2.

Klejzer agregó que, pese a la baja de los indicadores, los comedores comunitarios siguen saturados. “Si baja la pobreza, debería bajar la gente que va a los comedores, pero eso no ocurre. En la provincia de Buenos Aires las listas de espera se triplicaron y en CABA se duplicaron”, señaló.

Finalmente, trabajadores de ATE-Indec difundieron un mensaje en redes sociales en el que advirtieron que la reducción de la pobreza no refleja una mejora en el mercado laboral ni un crecimiento sostenido de la economía.

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