Declararon hoy en Viedma un periodista y tres policías retirados

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Los relatos estuvieron representados por un periodista del diario Río Negro, que realizó la cobertura de los hechos, y tres policías retirados que estuvieron en la Escuela de Cadetes en marzo y abril del ‘76.
El primero de los testimonios quizá fue el más dramático en cuanto a la experiencia de vida de Julio Salto, ex Director de Defensa Civil y periodista en la época del golpe militar.
En declaraciones a la prensa, Salto contó que “hay gente que está siendo juzgada que dirá que es inocente. La democracia nos obliga a presentarnos a todos los que hemos tenido problemas, por eso estoy acá y estaré todas las veces que me llamen”, comentó.
“En lo personal viví todo lo traumático y lo terrible que significa estar detenido sin saber por qué, ser metido en una unidad policial sin conocer los motivos, que tu madre te este buscando, que te metan en un avión con gente armada atrás y que pasemos por el mar, yo casi premonitoriamente dije -”¿no nos tirarán al mar”. Y después paso, de haber sido trasladado de Bahía Blanca a Viedma en dos autos, de los cuales uno dio mil vueltas y con la incertidumbre de no saber qué va a pasar con tu vida”, relató.
El trabajo de periodista
Salto contó sobre su trabajo y dijo que “el diario Río Negro puede ser criticado por cualquier cosa, menos por no haber sido uno de los pocos diarios del país que se jugó por las libertades públicas. Primero por la liberación de Esteban, corresponsal del diario Clarin en Neuquén y después por todo lo que pasa. Se escribía lo que se sabía y los periodistas investigaban y se publicaba todo”.
El periodista contó que “Yo también corrí riesgos, porque en el año 79, otro periodista caracterizado  de Neuquén recibió una amenaza concreta. En mi caso me tuve que ir a Europa durante un año. El diario me pagó los pasajes, y se portaron como se tenía que portar la gente decente que defiende la libertad pública, del individuo, la que te da la constitución y el derecho. Me guardaron el trabajo y me esperaron”, contó.
Explicó que al momento de capturarlo jamás le taparon la cara y de los captores ninguno tenía la cara tapada. “Nadie me dijo nada, al único que identificó más que nadie fue a Padilla Tanco, que había sido jefe mío estando yo en el servicio militar y era amigo de mi padre que en ese momento era intendente y después fue comisionado.
El horror de haber perdido una hermana
Salto comentó que durante la dictadura tuvo a una hermana presa y su hermana más chica que militaba en la JUP fue torturada. “La toruraron, la violaron y no sabemos si está enterrada en La Perla o la tiraron de un avión”. Comentó y relató que “uno quiere borrar cosas de la memoria, pero automáticamente se me viene la imagen de una piba torturada y violada”, finalizó.
El resto de la audiencia prosiguió con el relato de tres policías retirados de la fuerza que prestaron servicios en la Escuela de Cadetes en esa época. Se sospecha que en ese lugar hayan utilizado un sótano como centro de torturas.
Los demás testigos y la versión de sótano de las torturas
El primero de los ex policías, Carlos Leveaux, comentó que trabajaba en la Escuela de Cadetes en la cocina y realizaba diferentes tareas de servicio.  Al ser consultado por el famoso sótano dijo que “el comentario que había era que había detenidos en ese lugar, yo hacia lo mio, donde me mandaba iba”, declaró ante los jueces.
Describió el lugar donde se encuentra el sótano y contó que desde el hall central de la Escuela de Cadetes, entrando hacia el pasillo de la derecha, entre las puertas del baño y el casino de oficiales hay una puerta que va al sótano y que siempre estaba custodiada por un militar.
El testigo no aseguró que en ese lugar haya habido detenidos e hizo mención al movimiento vehicular en horas de la noche. “Entraba y salían vehículos cada dos horas pero que no podía observar el movimiento porque de la cocina al lugar donde estaba los militares había unos 70 metros.
Otro de los testigos que declaró, Pablo Gauna, también ex policía que vive en Viedma contó que prestaba servicios en esa institución como agente realizando tareas de seguridad. Sobre los militares dijo que se movilizaban en una camioneta del Departamento de Aguas  y habló sobre el sótano, lugar al que se apuntó en la mayoría de las preguntas por parte de la querela.
“Se ponían cosas en desuso, en un tiempo funcionaba la herrería y había herramientas que no se usaban. Detenidos por los militares no vi, si vi personas detenidas por personal de la policía que eran llevados a ese lugar por averiguación de antecedentes. Yo estaba en la guardia y los detenidos estuvieron dos días en el sótano que estaba con custodia”, comentó.
Comentó que la persona detenida en ese sótano era de Viedma y lo conocía de vista y fue llevado por un policía hasta la Escuela de Cadetes. Dijo que esa fue la única vez que hubo un joven detenido en el sótano. Negó haber visto en la Escuela de Cadetes a Avalos y Lima
Por último, declaró Rodolfo León, quien estuvo imputado en la misma causa por delitos de Lesa Humanidad pero fue sobreseído. León era oficial principal en la Escuela de Cadetes y estaba de servicios el día del golpe, el 24 de marzo del 76 cuando llegaron los militares y se hicieron cargo de la Escuela de Cadetes.
Nego saber y recordar que había un sótano en el edificio y asumió que se enteró de ese lugar el día que los jueces realizaron una pericia ocular el jueves de la semana pasada. Tmbién dijo no haber visto detenidos y desmintió  haber tenido un dialogo con Avalos en aquella época y volviendo a reafirmarlo en la actualidad. Instancia por la cual se concretó un careo con la víctima de la situación en la instancia de instrucción.
El juicio continuará a partir de las 16 en el edifico de la Justicia Federal. Hay un importante operativo de seguridad por parte de la Policía Federal en el interior y de la policía rionegrina en la parte exterior del edificio.

FUENTE: El Delitómetro

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