Dolor, angustia, desesperanza e incertidumbre en el sur rionegrino

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Existen lugares que deben ser asistidos permanentemente con agua, tanto para la hacienda (que llevan en un tanque) como mineral en bidones para los niños que viven en lugares muy alejados y cuyas aguadas se han secado, comos los puestos en las afueras de El Cain).
Muchos animales ya han muerto, particularmente corderos recién nacidos.
Según estimaciones se necesitarían 2.300.000 kilogramos de forraje para poder alimentar al ganado en la Línea Sur. Hace falta alimentos para ellos con urgencia, algunos no tienen fuerza para caminar y no pueden arrearse para esquilar, por lo que los esquilan en pleno campo manualmente con tijeras como antaño.
Los esquiladores y el resto del equipo (cocineros, etc.) necesitan antiparras y barbijos para poder trabajar.
El 50 por ciento de la población rural de esa zona de la provincia de Río Negro son mayores de 50 años, con alto porcentaje de personas que no saben leer ni escribir. Con el desastre que provoca la muerte de sus pocos animales muchos de ellos no tendrán de qué vivir, tampoco posibilidad de conseguir un trabajo a esa edad y en esas condiciones. A algunas escuelas albergue no les llega ni leche, ni alimentos frescos (entre ellos carne), por lo que querían enviar a los niños nuevamente a sus casas. Estos chicos están terminando la escuela secundaria y perderían su año escolar.
Los habitantes, y sus familiares que residen en otros puntos de la provincia, siguen solicitando ayuda (agua mineral en bidones, alimentos no perecederos, especialmente leche, harina, grasa, azúcar, etc.). Hay muchas formas de hacerlo, pero quizás la principal sea ubicar en Facebook varios grupos o muros particulares que realizan campañas.
El pedido de una docente
Todos los recursos son válidos. Un profesor de Lengua y literatura dijo haber hablado con una docente del paraje El Corralito (próximo a Bariloche), quien relató que “están terriblemente mal con el tema de la ceniza”.
“Para que se den una idea me contó que barrió el camino de su casa a la escuela para poder pasar sin ahogarse tanto. Están peor de lo que se vio por TV en Jacobacci o en Comillo; se están enfermando todos. El volcán sigue largando ceniza y escuchan su rugido”, mencionó.

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