En medio de la tempestad, con lluvia y barrio por todos lados, los bomberos lograron llegar al poblado, ubicado a más de 400 kilómetros de Viedma y a unos 100 del límite con Chubut. Allí descubrieron que la situación era complicada y notaron que se trataba de unos de los sectores más golpeados por le temporal, junto con Comallo y Yaminué.

La actitud fue destaca por el director de Seguridad Ciudadana y Defensa Civil, Martín Díaz. “Debo destacar la enorme solidaridad que hubo en el pueblo, tanto de los afectados con sus pares como también de la comunidad de Ramos Mexía y sus alrededores porque las donaciones fueron gigantescas”, dijo el funcionario a La Palabra.

Desde Ramos Mexía, donde participó de una reunión del Comité de Emergencia Municipal, el funcionario provincial describió el panorama de la zona sur. “Hay autos volcados, ganado enganchado en los alambrados, postes arrancados de cuajo, viviendas derrumbadas o fisuradas, metros de cañerías de agua inutilizadas, invernáculos destrozados. Es terrible.”

“Sabemos que la pasó muy mal Comallo. El arroyo llevó agua, barro y cenizas y dio contra las casas. Ahí tuvimos los primeros evacuados que fueron trasladados al gimnasio municipal. También Treneta y Yaminué se autoevacuaron en la escuela. Hay gente con casas destrozadas”, señaló Díaz.

El funcionario señaló que en muchos casos todas las donaciones y los elementos necesarios se están trasladando a los parajes usando un Unimog de Gendarmería, dada la condición de los caminos. También se sumará una camioneta especial del SPLIF.

De todas formas señaló que la mayoría de los caminos pueden ser transitados con una camioneta 4x4. “Ya no queda gente abnegada. Hay acceso. Las máquinas de VIARSE están trabajando todo lo que da”, dijo.

Señaló que una de las imágenes que más impactó tiene que ver con los destrozos generados por la crecida del arroyo que se no solo se llevó el puente de Nahuel Niyeu sino que además “destrozó las vías del tren y dejó los durmientes parados como si fuera un cerco”.