4 mayo 2012 Río Negro Comentar El ex -Ministro contó que “intuía que esto podía ocurrir”, afirmó que “no se que más podemos sumarle a las pruebas que ya le llevamos” a Reussi, y señaló que “me suena mucho más a una causa política” y una “persecución”. “Hoy salió Martín Soria, hablando de delincuentes”, indicó.
En declaraciones realizadas al programa “La batidora” que se emite por la emisora viedmense La Vital, Accatino argumentó que detrás de la investigación judicial de Reussi existió una “clara intencionalidad política”, “de ponernos de cara a la sociedad como unos ladrones”. Apuntó contra el “comando electoral Soria y diario Río Negro”, que ahora desde su punto de vista, quiere “seguir escarchando a los ex-funcionarios”.
El ex-Ministro subrayó que “ahora nadie habla de Carlos Soria”, “porque falleció trágicamente”, “pareciera ser que de muerte natural o en una batalla, porque lo tratan casi como un héroe”, prosiguió.
“El infierno está viendo, no hay cielo para Carlos Soria”, continuó Accatino, quien exclamó que “no tiene que rendir cuentas porque no está en esta tierra”.
Para el ex-candidato a diputado nacional de la UCR que en el procesamiento dictado por Reussi “falten algunos otros ministros tampoco huele bien”, insistió con la teoría de la persecución, al indicar que “pretenden dejar carne picada a los que formamos parte del anterior gobierno”.
Accatino pidió que “la Justicia sea independiente”, aseguró que no “siente que se pueda defender”, indicó que rindió “cuentas ante la AFIP y estoy fuera de cualquier tipo de inconveniente”. “Acá nadie se robó nada, las pruebas fueron elevadas al juez”, puntualizó, y se puso como ejemplo, al asegurar que todos los adicionales en la cartera de Producción se realizaron por “transferencias bancarias” y que arrancó percibiendo 2200 pesos en el 2004 y para 2010 llegó a cobrar poco más del doble.
Por último, el ex-Ministro de Saiz la emprendió contra “los peronistas de acá que se jactan de hablar de Clarín y La nación, que son una inmundicia, y el Río Negro qué es”, culminó.