Mariela estuvo la semana pasada en la capital provincial y reclamó ser reincorporada a sus tareas. Aseguraba que su contrato no fue renovado por “cuestiones políticas” que involucrarían al ex funcionario municipal y actual parlamentario del FPV.

Luego de una reunión con María de los Ángeles Migone, funcionaria de Educación, la mujer había logrado el compromiso de ser reincorporada a sus tareas y por eso regresó a su ciudad.

Pero esta semana, Mariela ni siquiera pudo ingresar a la escuela, pese a que los propios directivos del establecimiento reclaman su presencia porque califican su desempeño como sobresaliente. 

“Yo no estaba equivocada para nada. Era perseguida. Me dieron a entender que de allá jamás llegó la documentación mía a Viedma. Mi contrato no fue evaluado nunca para la renovación”, había dicho Mariela la semana pasada a La Palabra, luego de la reunión en Educación.

Rubén Molina, titular del área de Personal No Docente de UPCN, dijo estar “sorprendido y preocupado” por la situación. “La semana pasada nos quedamos contentos por la voluntad del Ministerio, pero nada ocurrió”, señaló a La Palabra.

“La situación sigue igual que cuando la bajaron en diciembre. Acá hubo un compromiso con la trabajadora y con la institución. Se que Migone hace lo imposible, pero la parte política marca los pasos para que no se la contrate a Mariela”, admitió el dirigente gremial.

Si bien aclaró que no responsabiliza a nadie por esta cuestión, señaló que “si fuera Arroyo le pido encarecidamente que se acerque a UPCN para tener una charla y ver como salimos de esta situación”.

No obstante, indicó que “a nuestros oídos llega información que indica que es la parte política la que está frenando esto” y agregó que “debe haber alguien que está escondido detrás de una investidura y está impidiendo esto.

Reclamó acciones porque “es una compañera que tiene necesidades puntuales y tiene que llevar la comida a su casa”.

Explicó que desde Educación “manifestaron que se están buscando alternativas porque señalan que ella estaba cumpliendo funciones en un colegio que tiene su espacio completo, pero hay un compromiso de darle trabajo en los talleres que están afuera de la escuela”.

Molina reclamó que “una respuesta contundente” porque la mujer no puede seguir esperando. “A mi me duele mucho que Mariela esté sometida a esto porque ella ha cumplido con sus funciones, tiene el respaldo de los directivos y como tiene todo en condiciones la vamos a apoyar”.

Rescató la voluntad puesta por Migone y Ariel Gallinger para tratar de darle una solución al tema. “Acá no queremos que gane 40.000 o 50.000 pesos. Ella gana 2.500 pesos y no creo que esto afecte a las arcas de la provincia”, dijo el sindicalista.