Estudiantes realizaron una interesante jornada de lectura sobre la cuestión de género

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La jornada fue dedicada a cuatro mujeres rionegrinas que hicieron historia: Liliana Pizá, Elsa “Coca” Pablo, Aracelli Navarro y la “Negra” Barrionuevo.

Alrededor de 70 personas, entre padres, docentes, autoridades de la escuela y representantes del obispado, asistieron al evento que contó con la destacada participación de Diana Pizá, hija de Pablo Pizá, uno de los contituyentes de la provincia.

Diana presentó la situación de problemáticas de género en Argentina. Es una mujer que trabajó siempre por la recuperación de la identidad y la memoria, una luchadora de los derechos humanos.

Durante dos horas y media, los estudiaron leyeron en público sus propios trabajos.

Liliana Campazzo, una de las reponsables de la Biblioteca, habló sobre la jornada. Contó que en los trabajos de los chicos se hizo alusión a la historia de Río Colorado: “ese pueblo que la gente dice que 'nunca pasa nada', pero donde pasaron hechos provinciales muy importantes, por ejemplo, fue el único lugar del país que sufrió un bombardeo en 1955, junto al de Plaza de Mayo”.

Campazzo destacó la iniciativa de hacer visible la historia de “estas mujeres luchadoras de la democracia que en ningún libro de historia ni en ningún lugar de la historia que se enseña en las escuelas tienen reconocimiento”.

“Se mencionaron muchos hechos de Río Colorado que tienen que ver con el concepto de hacer visible lo invisible, la idea es hacer visible muchos hechos que por distintas causas permanecieron invisibles”, explicó.

Remarcó que los trabajos presentados estaban “muy bien escritos y desde una postura ideológica tan interesante que yo los hubiese publicado”.

Señaló el caso de una de las historias leídas por los estudiantes sobre mujeres empleadas textiles de las maquilas de Centroamérica, que trabajan a destajo, por sueldos muy bajos, sin posibilidad de agremiarse, en condiciones laborales espantosas.

Campazzo indicó que esta actividad surge de una nueva concepción del uso de la sala de la Biblioteca para que las escuelas se apropien de un lugar público y puedan mostrar lo que cotidianamente se hace en las instituciones escolares.

“Esta experiencia es la primera, pero la Biblioteca espera que esta situación se torne cotidiana, que el espacio de trabajo de la escuela tenga una presencia extra áulica y sea comunicada a la sociedad”, agregó.

Desde la institución se ofreció el espacio a todas las escuelas para que usaran la sala, el microcine y la infraestructura para que los estudiantes puedan tener clases en la biblioteca, hacer talleres y gestionar el uso del espacio.

“Todas las escuelas tienen a disposición la Biblioteca como recurso extra áulico para hacer lo que tengan ganas, exposiciones, presentaciones de trabajos, trabajos en grupo, recuperación de materias”, concluyó.

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