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Este gas que no emite olor, sin sabor y no es irritante, es producido por la combustión incompleta de los combustibles orgánicos utilizados. Por ello, la principal medida para evitar cualquier tipo de afección, es la debida ventilación de los ambientes.
Se recomienda, además, controlar que los artefactos domésticos que consumen combustible estén debidamente instalados, mantenidos y manejados; que las chimeneas de la casa y sus tiros sean inspeccionados y se limpien anualmente, garantizándose su funcionamiento correcto.
Al ser inhalado, el monóxido de carbono reemplaza el oxígeno en el torrente sanguíneo, con las graves consecuencias que esto conlleva para la salud. Los síntomas varían de una persona a otra, siendo los más afectados los niños, mujeres embarazas, personas mayores o con enfermedad cardiaca y pulmonar y fumadores.
En caso de intoxicación, debe abandonarse inmediatamente el lugar en búsqueda de aire puro. Para auxiliar a otra persona, la recomendación es ayudarla a salir al exterior de la vivienda que ocupa. En caso que se encuentre con pérdida de conocimiento, recostarla de costado y comunicarse en forma urgente con el hospital o Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) más cercano.
También se aconseja abrir y ventilar lo antes posible el lugar y apagar la fuente de monóxido de carbono, sólo si se lo hace sin correr riesgos.
17 octubre 2024
Río Negro