En principio, Vargas acompañó la decisión del peronismo de apoyar al líder del gremio de la fruta y legislador provincial, Rubén López, como futuro reemplazante de Rubén Belich al frente de la central obrera.

Vargas, junto a otros dirigentes gremiales, integra la Mesa Sindical. Se trata de una agrupación de las organizaciones peronistas disconformes con el accionar de la conducción actual de la CGT y particularmente por su alineamiento con el gobierno radical.

En ese marco, adelantó que desde la Mesa Sindical “se negociará con las organizaciones que actualmente integran la CGT para conseguir la unidad” y dijo tener “mucho respeto” por los integrantes de la actual conducción de la central.

“Creo que deberíamos llegar a alguna negociación para unificar el movimiento obrero”, destacó Vargas.

Enfatizó que López “ha venido encabezando una organización sindical interesante, con más de 15.000 afiliados y además recibió el apoyo de la Liga de Intendentes del FPV y del Consejo Partidario del justicialismo, concretamente del senador Miguel Pichetto”.

Sin embargo, advirtió que “también hay sectores de Bariloche dentro de la Mesa que tienen intenciones de encabezar la central. La negociación será áspera”.

“No podemos darnos el lujo de que queden afuera los camioneros, la UPCN y el sector de comercio. Sino armaríamos una CGT muy flaca”, dijo luego.

El también legislador peronista se refirió a su ausencia en la reunión de la Mesa Sindical de la zona atlántica desarrollada la semana pasada y convocada por el líder de los peones de Taxi, Mario Riquelme.

“Consideramos que debe ser una reunión más amplia. Fue apresurada (la convocatoria) y no fue conveniente reunir solo a dos o tres gremios”, dijo. Adelantó que los gremios se reunieran el miércoles próximo en San Antonio Oeste.

“Queremos consensuarlo entre todos y que nadie se corte solo”, agregó, en lo que pareció un claro mensaje para el dirigente gremial de los trabajadores del volante.

Negó que existan diferencias o internas con Riquelme y señaló que la frustrada reunión fue producto de “una desinteligencia”.