La presentación del proyecto oficial se efectuó ayer en Fernández Oro, con presencia del jefe de Distrito rionegrino de Vialidad Nacional, Arturo Montero Espinosa, y del responsable de Inspección de Obras, Andrés Porro, y del intendente local, Juan Reggioni, y de sus colegas de Cipolletti, Abel Baratti, y de Allen, Sabina Costa.
Las obras del tramo (sección, en la jerga técnica de VN) arrancaron hace unos ocho meses y la zona en que más se ha avanzado es la de Cipolletti. El plazo de ejecución es de tres años y demandará una inversión de unos 103 millones de pesos.
En la exposición de la iniciativa, los funcionarios de VN se valieron de un proyector electrónico que ayudó a dar los detalles técnicos generales y también una imagen de su futuro aspecto, a través de una animación que utilizó una vista área de la región.
Circulación diaria
Las explicaciones iniciales versaron sobre los motivos que llevaron a optar por hacer una autopista, en lugar de una autovía o una carretera tradicional. Entre los elementos de mayor peso, figuró el notable incremento de la cantidad de vehículos que circulan promedio por día por la Ruta 22. Los cálculos indican que en diez años el número aumentó un 108 por ciento, es decir, una tasa superior al 10 por ciento anual.
Las estadísticas muestran que en 2001 transitaban 4.000 rodados por la arteria; en 2002 fueron 3.700, en el único gran bajón del ciclo; en 2003, 4.600; en 2006, 6.000; en 2007, 6.800; en 2008, 6.700; en 2009, 7.000; 2010, 7.600; y el 2011, 8.300. De 2004 y de 2005, no se dieron datos.
A partir de los presupuestos técnicos, resulta que una carretera común no debería tener un tránsito superior a los 5.000 vehículos diarios, lo que está actualmente ampliamente superado, por lo cual se considera que la Ruta 22 está hoy saturada en su utilización.
Descartada la carretera, la siguiente alternativa es la de la autovía, al tipo de la que existe hoy en Neuquén. Esta propuesta tiene un tope de circulación de 15.000 rodados diarios, lo que al ritmo de crecimiento actual estaría superado en no muchos años más. De allí que la única alternativa, por lo menos con horizonte a 2035, sea la autopista. Esta, a diferencia de la autovía, tendrá cruces a distinto nivel, control de accesos a la calzada principal y separadores físicos entre carriles y también con las colectoras.
Cada 3 kilómetros
Para la comunicación entre uno y otro lado de la arteria se dispondrá de accesos ubicados cada 3 kilómetros, los que unirán la calzada principal con las colectoras. En puntos de ingreso a las ciudades y en canalizaciones de grandes dimensiones, se dispondrá de puentes que, a lo largo de 350 metros, irán elevándose a razón de un par de grados para superar los obstáculos. Los conductores casi no notarán la sobreelevación.
Por las vías rápidas de los carriles se podrá circular hasta 120 kilómetros por hora, con lo que los funcionarios estimaron en 35 minutos la velocidad óptima para transitar entre Godoy y Cipolletti. Por ser una arteria de desplazamiento rápido, ayer se mencionó como la mejor alternativa para el transporte colectivo interurbano la utilización de las colectoras, que también será usada por la maquinaria agrícola y por vehículos en general.
FUENTE: La Mañana de Cipolletti
5 enero 2025
Río Negro