Desde la asunción del nuevo gobierno, las fugas en cárceles de la provincia se volvieron moneda corriente. El 5 de enero, a solo días del inicio de la gestión Weretilneck, dos internos se fugaban de la Alcaidía de Viedma. Ambos estaban condenados por el asesinato de Maximiliano Vince y todavía nada se sabe de ellos.
“Hay que fijarse que no sean amigos de Puebla Morón”, cuestionaba la lectora Daniela en ese momento. “En la gestión anterior el Secretario de Seguridad y el Ministro de Gobierno solo figuraban en los papeles, es hora de revertir esta situación”, pedía otro de los lectores.
Solo 20 días después se registraba otra fuga, esta vez en la cárcel de Viedma. Se trataba de César Fuentes, oriundo de Bariloche. Pese al fuerte operativo montado por la policía, el hombre fue capturado algunos días después casi por casualidad: un guardia de seguridad lo descubrió robando fiambres en un supermercado.
“Avísenles a los licenciados que se le están fugando los presos!!!”, decía irónicamente un lector y otro cuestionaba al titular del SPP: “Y bueno, si este gobierno de impresentables puso a cargo de las cárceles a Puebla Morón. Que se escape un preso es solo un dato más de tanta incapacidad. Es todo un papelón…”
Un mes después la noticia era, otra vez, un evadido de la cárcel de la capital provincial. Había escapado junto a otros tres hombres en un auto blanco alrededor de las 9 de la mañana. Se traba de Mariano Boiero, quien estaba detenido por un robo calificado.
“Siempre lo mismo, el problema ya no es de este gobierno o del otro el problema es de los penitenciaros”, se quejaba un hombre a través de los comentarios de la web. “Por qué no los pasan a disponibilidad a los presos, si a este gobierno es lo único que se le ocurre. Se escapa un preso por día. Chauuuuu Monzón”, decía otro.
Poco más de un mes después, un preso se escapaba del hospital Zonal de Bariloche. Fue aproximadamente a las 4 de la madrugada y la situación se sumaba a hechos de violencia vividos días atrás en el nosocomio, cuando dos presos provocaron disturbios e hirieron a pacientes. “Que siga Puebla Morón viajando y dando noticias universitarias”, se quejaba un lector.
Cuatro días después fue el turno de Cipolletti. Claudio Sepúlveda, un interno de la Unidad Penal 5, saltó los alambrados y se fugó, aunque fue apresado a pocos metros del lugar. Era la tercera fuga que se registraba en el lugar, en solo 14 meses de funcionamiento.
A esta altura el gobernador entendía que la situación requería acciones inmediatas. Con un fuerte anuncio mediático, se confirmaba la declaración de la emergencia del sistema penitenciario provincial. La medida, entre otras acciones, contemplaba la disposición de más de 29,5 millones de pesos para hacer frente a las necesidades más urgentes del sistema.
Sin embargo, la medida no dio resultados en lo inmediato. Dos meses después ocurría una insólita situación en Viedma. En 24 horas se registraron dos fugas y esto les costó su cargo a las autoridades de la Unidad Penal. Casi paralelamente se producía otra fuga en la cárcel de General Roca.
“Buenooooo... Por lo menos ahora se escapan los presos y Puebla Morón no lo anuncia mas en su Twitter jajaja...”, decía un lector y agregaba: “¿Por qué no se hace cargo el virtuoso gabinete que formó Puebla Morón?”. Otro lector señalaba: “A los que destituiste Puebla Morón supongo algún juicio te van a hacer y lo vas a pagar con tu jugoso sueldo ¿o saldrán de las arcas de la provincia?”
“A este ritmo vas a tener que sacar una solicitada pidiendo jefes y oficiales para que se hagan cargo de las alcaidías y penales porque supongo que no te va a quedar ni el loro”, remarcaba otro lector.
A mediados de agosto, un motín en la cárcel de Viedma dejaba cinco heridos entre internos y trabajadores penitenciaros. Entre ellos, había una persona con quemaduras de consideración. Otra vez, lluvia de críticas en los comentarios y las redes sociales.
El 27 del mismo mes, las fugas de cárceles y comisarías eran otra vez noticia. Dos presos se escapaban de la Comisaría 4º de Cipolletti, un interno huía de la alcaidía de Viedma y otro en General Roca era asesinado de dos puntazos en medio de una disputa.
“Renuncia Lastra, sos lo peor que tiene el peronismo”, se quejaba un lector. Otro apuntaba sus críticas a “las nuevas políticas de seguridad de W”.
El fin de semana pasado se registró una nueva muerte en un penal rionegrino. Fue en Cipolletti y la situación colmó la paciencia del gobernador que ordenó la intervención del Servicio Penitenciario y la inmediata destitución de Puebla Morón. El subsecretario de Seguridad y Justicia provincial, Fernando Azcoaga, era nombrado como normalizador.
“¿Y el plan de seguridad? Todo un circo. Sigan cobrando megasueldos, total el pueblo aguanta”, se quejaba un lector al conocer la información en la pantalla de LA PALABRA. Otro señalaba: “Yo pensé que esto iba a cambiar. Realmente un bajón”.
“Desde la creación del Servicio Penitenciario de Rió Negro, la evolución del Tratamiento Penitenciario, considero importante hacer una reflexión sobre las dificultades actuales y las posibles propuestas de futuro, sobre todo el periodo de conducción de Walter Pueblo Morón quien nunca piso un penal en su carrera en el Servicio Penitenciario Federal, habida cuenta que antes del retiro forzado que fuera objeto de esa Institución por investigaciones hacia su persona por estar presuntamente involucrado en la entrega de armas a internos para salir a delinquir”, reclamó otro lector.
Así terminaba esta historia. Con un final anunciado que no sorprendió a nadie. Y así, sin pausas, comienza la segunda parte. ¿Será mejor?
10 enero 2025
Río Negro