El intendente analizó críticamente la situación de Seguridad en la ciudad y explicó que después de la temporada invernal la cantidad de efectivos policiales se redujo notablemente hasta producir una "importante falencia".
No obstante, pese a la quita del refuerzo invernal, autoridades de Seguridad a nivel provincial "se comprometieron a enviar 38 efectivos que están a punto de graduarse", explicó Goye.
Por su parte, Bermejo entendió que la sociedad de Bariloche “no está en vilo, hay que ajustar el análisis, el foco. Aquí no hay ningún desborde”, evaluó. Y consignó: “No demos la imagen de Bariloche como una ciudad tomada por la violencia. Esta no es una ciudad sometida a la inseguridad”.
No obstante destacó dos hechos recientes que sí consideró preocupantes: la agresión a la directora de la Escuela 320, y el ataque y saqueo a un kiosco durante un apagón.
“Ningún pibe nace chorro”, resumió Bermejo, en referencia a que la problemática de la inseguridad, “se resuelve” con políticas sociales, entre ellas la “redistribución de la riqueza, inclusión, también con participación comunitaria y diálogo. Se trata de un “fenómeno complejo que exige una compleja solución”, consideró, consultado por ANB.
Esos chicos -agregó- “ son pocos, pero ya no pueden ser contenidos por sus familias, patearon el tablero, y el Estado es el que debe hacerse cargo”. En cuanto a la medida basada en que Genarmería Nacional patrulle los barrios, propuesta por el senador nacional Miguel Pichetto, Bermejo fue categórico: “Esta no es una sociedad militarizada. Esto no se resuleve con uniformados, se soluciona con operadores sociales”. En ese sentido, esgrimió: “Nadie patrulla para repartir pan”.
Sin embargo, consideró que Pichetto tuvo “buena intención al ofrecer una colaboración. Y Gendarmería puede ser utilizada para cuestiones puntuales de prevención pero no para pratullar. Entiendo que Pichetto se refería a colaborar, no específicamente a patrullar los barrios”.