Ballester: "El gobierno exige al vecino común lo que no exige a sus ministros"

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"Mediante el Proyecto 598/2012 que deroga la ley 3231, el Gobierno de la Provincia de Río Negro, pretende que toda persona, todo proveedor del Estado, todo aquel que contrate con el Gobierno, deba necesariamente tener sus tributos, impuestos, tasas, contribuciones y demás deudas fiscales al día", explicó el elgislador.

Agrega que la iniciativa dice textualmente que se debe disponer como requisito previo a la cancelación de todo crédito, la inexistencia de mora en el cumplimientos de sus obligaciones fiscales por parte de los interesados, derivadas de tributos cuya percepción, fiscalización y control se encuentra a cargo de la Agencia Recaudadora Tributaria Provincial.

"Creo que el espíritu de la norma, su finalidad, su objetivo es compartido por todos los sectores políticos y sociales, pues siempre es saludable que quien contrate con el Estado sea un contribuyente responsable, cumplidor, respetuoso de sus obligaciones, contribuyendo con su conducta diligente a que cada  tributo, impuesto, tasa u otra obligación fiscal,  pagada en tiempo y forma se vuelque a  salud, justicia, deporte, educación y  obra pública entre otros fines del Estado", señaló.

"Teniendo en cuenta el objetivo del proyecto de ley 598/2012, el cual nos exige que cualquier hijo de vecino deba tener sus obligaciones fiscales al día para poder tener un vinculo contractual con el Estado Provincial, veo sumamente contradictorio, incongruente, con la prédica oficial de ser un Gobierno transparente y correcto en los actos de gobierno, en designar al Ing. Palmieri Ministro de Producción, que tiene una deuda con el fisco de $ 160.000,00 que data del año 2000", agregó luego.

"Me pregunto, con qué autoridad moral, el Ministro de Producción Alfredo Palmieri, le podrá exigir a los productores que tengan el canon de riego al día, que tengan al día el impuesto inmobiliario, que paguen las cuotas del fondo antigranizo", manifestó.

Finalizó señalando que "el Gobierno incurre en un peligro doble discurso, por un lado exige a sus ciudadanos conductas que no les  exige a sus altos funcionarios".

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