Hasta el momento es el titular de Vialidad provincial, pero tiene las horas contadas en ese cargo. ¿El motivo? Existe mucha reserva al respecto, pero ya hay fuertes trascendidos.

En realidad, su paso por la administración pública ha dejado mucho que desear.

Durante la primera etapa de su gestión la Legislatura le dio vía libre para realizar obras escolares sin necesidad de llamar a licitación, sino mediante contratos directos. El objetivo del ‘permiso’ era poner en condiciones las escuelas para el comienzo del ciclo lectivo 2012. Pero para ello tenía un plazo, que excedió. Por ese motivo los legisladores radicales lo llevaron a la Justicia.

De ahí en adelante, aún más con la ausencia de Carlos Soria, su protector político, la comunidad política y los medios de comunicación comenzaron a observarlo con detenimiento.

En nada lo ayudó el escándalo que protagonizó su hija Guadalupe mientras era funcionaria del ministerio de Turismo, ni el incendio y destrucción de un vehículo oficial –en la vía pública- una noche que él pernoctaba en su casa, de regreso de una misión especial en la Zona Andina.

Todo ello más una notoria inoperancia a la hora de conducir una cartera que necesita mucha acción, lo fueron desdibujando.

No lo dijo abiertamente, pero tras el incendio del automóvil el gobernador Alberto Weretilneck decidió que había que reemplazarlo.

Sin embargo, no quiso ‘incinerarlo’ al dejarlo sin nada y le encomendó la conducción de Vialidad provincial.

Sorpresivamente su continuidad hoy está en duda. Nadie se arriesga a informar con certeza los motivos de un inminente alejamiento del cargo. Pero no sería por una cuestión vinculada a su trabajo específico o a su falta de acción (tal como le sucedió en Obras Públicas). El problema vendría por otro lado y estaría relacionado al personal a su mando.

Según se comenta es algo grave que habría originado una denuncia por parte de una trabajadora. No obstante, colaboradores del primer mandatario habrían actuado rápidamente para evitar que la misma sea llevada a las áreas correspondientes y, a cambio, le habrían ofrecido a Del Valle una salida ‘elegante’.

De tener todo a no poseer casi nada. Ese puede ser el camino de la familia Del Valle en la administración pública rionegrina.