"Las viejas prácticas y engranajes garantizaron nuevamente que unos pocos, sin ningún tipo de legitimidad ante la sociedad o sus militantes,  se enquistaran en la estructura partidaria para decidir por todos,  creando una superestructura de elite, de espaldas a las demandas sociales, y en función de garantizar sus espacios por dentro y por fuera de la estructura", dijeron.

En un comunicado que llegó a la redacción de LA PALABRA, la dirigencia de la JR manifestó que "para saber adónde vamos es indispensable tener en claro de donde venimos. Y venimos del infierno de un partido político sesgado por los intereses sectarios que han hecho descender al partido del plano idealista a la política del servicio personal y particular de los dirigentes, que reorientó objetivos a espaldas de la sociedad, y que como consecuencia de esto fue perdiendo progresivamente su caudal social y político, hasta la consecuencia final del año pasado y el desenlace de la derrota que ya todos conocemos".

"Sin embargo, a sabiendas de lo dicho, en lugar de realizar un mea culpa y dar un golpe de timón para comenzar a trabajar por la reconstrucción, se decidió de forma caprichosa y negadora no asumir culpas ni responsabilidades, priorizando una vez más el mezquino y mediocre objetivo de continuar recreando una mera estructura partidaria y apegándose al sello para asegurarse el control en unos pocos y garantizarse los negocios, por dentro y por fuera de la UCR", cuestionaron. 

"Esto indefectiblemente, una vez más, postergó la oxigenación sana que se debiera tener con las nuevas generaciones, sepultando la mínima esperanza de trazar una estrategia en pos de promocionar a nuevos y mejores dirigentes", aseguraron.

Dijeron que "estos personajes se han encargado de relegar cada vez más a la juventud, negando posibilidades, y solo recurriendo a ella para utilizarla como mecanismo para ‘destrabar’ cualquier tipo de negociación encubierta, siempre como grupo de choque (negociación que luego resuelven estos dirigentes, a tono de café, un rato mas tarde) o pues para la utilización de mano de obra barata para el desarrollo de las campañas electorales".

"Hoy el principal objetivo debe ser fomentar y apoyar una generación renovadora que traccione una nueva cultura política, identificada en la transparencia, la horizontalidad, y la coherencia entre el pensamiento y la acción, decidida a luchar por la educación de sus hijos, por el pan de todos los días, y por un trabajo digno. Nosotros, los jóvenes con voluntad política somos esa alternativa, por eso el último mensaje a esta nueva conducción es una frase no propia, pero que a la ocasión resulta irrefutable. Señores 'podrán cortar las flores, pero no impedir que llegue la primavera'", finalizaron.