Las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) pueden salvar vidas

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Al respecto el referente del programa provincial de emergencias y desastres sanitarios del Ministerio de Salud, Miguel Ledesma, aseguró que “todos deberíamos saber cómo reanimar a una persona que ha sufrido un paro cardiorrespiratorio, no sólo los adultos, los chicos también pueden ayudar en estas situaciones donde se juega la vida y el tiempo es esencial”, señaló.

Diversas causas pueden desencadenar un paro cardiorrespiratorio, por caso: ataque cardíaco o hipotermia profunda. Shock. Traumatismo en la cabeza. Electrocución. Hemorragias severas. Deshidratación.

La reanimación cardiopulmonar, comúnmente conocida como RCP, es el procedimiento de emergencia que se realiza para revertir el estado de una persona que sufrió un paro cardiorrespiratorio, evento en el cual el corazón deja de latir y la respiración cesa unos segundos después, produciendo que la sangre deje de circular y en consecuencia no haya suministro de oxígeno al cerebro, corazón y pulmones.

Para reanimar a bebés y niños pequeños hay que seguir los siguientes pasos.

En primer lugar: colocar dos dedos en el pecho del bebé entre las tetillas, en el centro del esternón (no en el extremo) y aplicar presión hacia abajo, comprimiendo unos 5 centímetros de profundidad. Luego aplicar 30 compresiones, de manera rápida (a un ritmo de 2 por segundo) y fuerte, sin pausa. Cubrir firmemente con su boca la boca y nariz del bebé. Dar 2 ventilaciones por la boca de 1 segundo, haciendo que el pecho del bebé se eleve. Dar 2 ventilaciones más. Comprobar que el pecho se eleve. Continuar realizando RCP (30 compresiones cardíacas, seguidas de 2 ventilaciones) por 5 ciclos (2 minutos de RCP).

Si el bebé o niño aún no presenta respiración normal, tos o algún movimiento, llamar al número local de emergencias, y repetir las respiraciones y las compresiones hasta que el bebé se recupere o llegue la ayuda.

Por último si comienza a respirar de nuevo por sí mismo, seguir verificando periódicamente la respiración hasta que llegue la ayuda.

En el caso de niños mayores, adolescentes y adultos, es importante colocar a la víctima sobre el suelo. Abrir la vía aérea: extendiendo la cabeza de la persona hacia atrás y abriendo la boca. Retirar los cuerpos extraños que pudieran obstruir la respiración.

Localizar el centro del esternón entre los senos, en el medio del pecho. Colocar el talón de una mano, luego la otra mano encima y entrelazar los dedos (cuidando de no apoyarse sobre las costillas).

Adoptar una postura erguida para que los hombros permanezcan perpendicularmente encima del esternón del accidentado y con las manos aplicar presión suave, cargando el peso del cuerpo sobre los brazos rectos de manera que el esternón baje unos cinco centímetros. Es importante no doblar los codos para ejercer la presión suficiente y reducir el cansancio. Realizar 30 compresiones, a un ritmo de 2 por segundo. Tapar la nariz de la persona con sus dedos y soplar suavemente sobre su boca dos veces (ventilaciones) de 1 segundo cada una. En último término repetir la secuencia: 30 compresiones y 2 ventilaciones (5 ciclos o 2 minutos) hasta que la persona recupere la consciencia o llegue el servicio de emergencias.

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