Desde los CAINA y el Pagano reclaman seguridad y mejores condiciones de trabajo

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“El reclamo es por la falta de respuesta de los funcionarios responsables acerca de las cuestiones contractuales y las condiciones de trabajo insalubres de los empleados”, señaló la secretaria gremial ATE, Leticia Lapalma, quien acompañó la medida.

Explicó que “esto hizo una explosión nuevamente por acontecimientos del fin de semana, con compañeros heridos y algunos, incluso, a los que se intentó apuñalar”.

“Los internos de esas instituciones se han fugado. Hubo roturas, amenazas de muerte, robos y droga que entra a las instituciones”, señaló la dirigente sindical.

Reclamó “más seguridad y mejores elementos de trabajo” para los empleados, pero apuntó directamente a su situación contractual. “Son todos becados. Los compañeros no logran obtener antigüedad porque, por las malas condiciones de trabajo, piden traspaso después de algunos meses”, dijo.

Lapalma señaló que “el hogar Convivir de Bariloche y los de Roca están igual” y opinó que “debe haber otra institución, otro tipo de modalidad, otro tipo de hogar que de seguridad a los niños y también a los trabajadores”.

Por su parte, Oscar, uno de los operadores del CAINA ubicado en el barrio Jardín, señaló que muchos de sus compañeros de trabajo “están lastimados y con muchas falencias”.

Explicó que ayer dialogaron con algunos funcionarios, pero la respuesta no fue la deseada: “Nos piden que aguantemos en el lugar, que ya analizan una solución”, dijo el operador.

“Nos dicen que se va a sentar en la mesa con los coordinadores, pero lo que nosotros queremos es que se sienten con los trabajadores para que podamos explicarles parte por parte la problemática de cada institución”, reclamó Oscar.

En el caso del CAINA Adolescente, el trabajador explicó que actualmente funciona con 15 operadores cuando deberían ser 18. “Llegamos a tener 7 u 8 chicos muy conflictivos.   Nos tiren con agua caliente, que nos arrojen las sillas y es cosa de todos los días”, dijo.

“Necesitamos otra cosa. El CAINA es un lugar de puertas abiertas. Es imposible evitar que un chico agarre partes de una computadora y se las lleve corriendo para venderlas por un poco de droga”, manifestó el trabajador.

En ese sentido, aseguró que “hay mucho consumo (de drogas) y en es una problemática que desborda en todos lados. A los pibes los mandas a hacer alguna actividad deportiva o los buscas en la escuela y ya salen drogados. No es para echarle la culpa a ninguna otra institución, pero algo mal o está pasando”.

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