Ordenan traslado de niño que lleva casi dos años en una clínica de Buenos Aires

Se priorizó el centro de vida del menor y se dispuso una cobertura médica integral

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Un amparo de Familia ordenó a una obra social el traslado inmediato de un niño con secuelas neurológicas y discapacidad severa a Viedma, y la cobertura integral de las prestaciones médicas que necesita. 

Hizo lugar a la presentación de los padres, ya que el niño se encuentra hace casi dos años en una clínica de Buenos Aires, con los cuidados de su mamá, y separado del resto de su familia y de su centro de vida.

El niño está en una clínica especializada. Sin embargo, el paso del tiempo originó el desmembramiento familiar. Su mamá vive en un hotel y su papá viaja cuando puede a verlos. Están a cargo, además, de otros hermanitos menores.

Los especialistas recomendaron el traslado, tras el agravamiento del cuadro del niño, que tiene una dependencia total. Por ello, los progenitores firmaron el formulario de registro de abstención o retirada de medidas de soporte vital, no aceptando la derivación a centros de mayor complejidad en caso de descompensación. Este punto es clave porque Buenos Aires cuenta con mayores recursos ante una eventual urgencia pero en la decisión judicial se priorizó que "la familia no soporta más" la situación actual. De todas maneras se ordenaron todos los recaudos posibles en Viedma.

En la presentación los papás alegaron que continuar la internación del niño en Buenos Aires importa un daño inminente, grave a la salud y a la vida del niño, como de la familia en su conjunto.

Súbito cambio

La vida familiar se vio afectada de manera súbita. Hace casi dos años el niño se sintió mal, concurrieron al Hospital Zatti, desde donde fue trasladado de urgencia en avión sanitario a un nosocomio de Capital Federal. Desde entonces, no pudo volver. Con un diagnóstico grave, finalmente fue derivado a otra clínica para un tratamiento de rehabilitación. La mamá se dedica la totalidad del tiempo a su cuidado en la clínica y no puede ver a sus otros hijos pequeños.

Luego de varios meses la médica tratante indicó que es un “paciente en condiciones de egreso sanatorial y poder continuar con el seguimiento en su lugar de origen”.

La obra social, ante el pedido de internación domiciliaria, contestó que en la comarca Viedma Patagones no se cuenta con la complejidad médica necesaria (salas de terapia específica) para la atención de la patología del niño y que lo más conveniente es que continúe en Buenos Aires. Allí, la obra social se hace cargo de todos los gastos.

Inicialmente, la Clínica de rehabilitación detalló los tratamientos que le realiza y aseguró que era factible una internación domiciliaria. El Hospital Zatti, por su parte, informó que estaría en condiciones de atender una situación de urgencia hasta una eventual derivación.

Sin embargo, tiempo atrás la salud del niño empeoró. Entonces los progenitores firmaron el consentimiento. Frente a esta situación, el Cuerpo Médico Forense informó que con dicho consentimiento “y garantizando la infraestructura mínima de profesionales y el sostén físico y de personal, estarían dadas las situaciones para que pueda ser atendido en Viedma”. En este marco, el Ministerio de Desarrollo Social tramitó ayuda para abonar un alquiler.

A partir de entonces comenzó una acción dilatoria de la Clínica de Buenos Aires y de la obra Social Osecac. Se requirieron informes que no fueron respondidos. Entonces, la jueza a a cargo de la Unidad Procesal N 7 de Viedma dio intervención a la Defensora de Menores.

En su dictamen la defensora expresó que “existe una falta de coordinación entre la Clínica Santa Catalina y Osecac que -a esta altura en la que se encuentra resuelta la cuestión de la vivienda donde residirá el niño-, no hace más que dilatar la resolución de la presente problemática, generando graves perjuicios al niño y a su familia”.

Recordó que “la familia del niño exige el retorno de su hijo a su centro de vida, luego de un año internado en pos de su rehabilitación, entendiendo la cuestión a tratar en esta situación atiende a maniobras de supervivencia y asumiendo los riesgos que el traslado pudiera aparejar”.

El fallo

La sentencia recuerda que de los reportes médicos actuales se desprende que el niño necesita “internación domiciliaria y un plan de trabajo y atención para sostener la misma y continuar con su rehabilitación”.

Por otra parte, valoró los informes que dan cuenta de la inmediata necesidad de traslado del niño a su centro de vida: “la familia no soporta más estar lejos de su lugar de residencia, lejos de sus familiares, durmiendo en un hotel”, dice el fallo.

Resaltó la firma de los progenitores del formulario de registro de abstención o retirada de medidas de soporte vital, no aceptando la derivación a centros de mayor complejidad en caso de descompensación.

“Es en virtud de lo manifestado por los padres, que el niño debe volver a su centro de vida, a su lugar y con sus afectos para vivir el resto del tiempo de vida que le queda, esta es, por lo tanto, la solución que a mi entender mejor respeta los intereses del niño, su necesidad de contar con una contención familiar afectiva así como el carácter integral de la atención profesional que merece”, finaliza. El fallo aún está en plazo de ser apelado.

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