Un hombre de Cipolletti fue condenado a la pena de un año
de prisión por no respetar la cuarentena y por desobedecer la orden de una
jueza de garantías. En la misma semana que el gobierno nacional dispuso las
primeras medidas por la pandemia – marzo de 2020 – el acusado fue interceptado
por la policía en el centro de la ciudad. La conducta se repitió en tres oportunidades
más.
El 25 de marzo de 2020, a cinco días del primer decreto
nacional, el hombre fue sorprendido después del mediodía en la zona céntrica de
Cipolletti. Se movilizaba en una moto.
Al día siguiente, la policía lo encontró circulando a
contramano por la calle San Martín. En ese momento iba en una bicicleta y
tampoco ofreció razones o motivos valederos ni presentó certificado alguno que
le permitiera circular de manera excepcional durante el aislamiento.
Cuando la fiscalía le formuló cargos por el delito de
violación de medidas contra epidemias, la jueza de garantías le impuso como
medida judicial la orden de permanecer en su domicilio y respetar las
disposiciones nacionales.
El 8 de abril, nuevamente lo descubrieron deambulando por
el barrio Labraña. El 13 de ese mismo mes fue detenido en inmediaciones de las
calles Lisandro de la Torre y Pacheco de Cipolletti. Tampoco pudo justificar su
presencia en la vía pública.
En una de las oportunidades en las que fue interceptado
el hombre llevaba consigo una bomba de agua que había sido robada y algunas
herramientas. Por ello le imputaron además el delito de encubrimiento. A ello
se le sumó la desobediencia a la medida judicial de permanecer en su domicilio.
Como tenía antecedentes, la pena de un año de prisión que
le impusieron en un juicio abreviado es de cumplimiento efectivo.
23 enero 2025
Judiciales