Lo persiguió la Policía, lo golpearon, estuvo 9 días detenido y todo por error

Ahora iniciará acciones contra la institución por lesiones y abuso de autoridad

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Un comerciante de Viedma vivió una verdadera pesadilla el pasado domingo 28 de Noviembre cuando "por error" fue perseguido por efectivos de la Policía que dispararon contra su auto, lo golpearon y lo detuvieron por 9 días. 

Según relató, ese domingo por noche la Policía buscaba a un grupo de personas que habían sido denunciadas por efectuar disparos contra una vivienda particular del barrio San Martín. Él había ido de casualidad hasta ese sector para llevar a su sobrino a la casa de la mamá. Cuando regresaba, acompañado de su hermano y un amigo, fue interceptado por un patrullero y comenzó la pesadilla. 

Jonathan Belmar, expresó que "no caigo en cuanto a la gravedad de lo que pasó, pero sí estoy indignado y muy dolido, porque el domingo 28 de Noviembre era para mí un día de laburo más (en el local de venta de milanesas de Sarmiento al 300) y después, como siempre, almorzar con mi papá. Me fui a la cancha a mirar un partido y después de un domingo en familia, mi sobrino me pide que lo lleve a la casa de su mamá, que vive en el barrio San Martín". 

"Yo durante el día nunca estuve en el barrio, solamente voy a llevarlo o a buscarlo a mi sobrino porque soy el único que tiene auto", remarcó. 

Agregó que "después de dejarlo a él (su sobrino) nos vamos con mi hermano y su amigo y me encuentro con una situación, que es lo que relaciono con la supuesta fuga". 

"Viene una camioneta de frente y yo le digo a mi hermano, 'mirá el boludo este como viene', y yo supuse que venía en estado de ebriedad, así que lo esperé, y cuando se me acerca lo esquivo. En ese momento miro para un costado y veo que es la Policía y no alcanzo a girar la mirada que nos empiezan a disparar", relató el comerciante. 

Añadió que "es en ese momento que me asusté, como cualquier persona a la que le están disparando a matar, porque no fueron tiros al aire. Los vimos, mi amigo que iba atrás se tiró. Yo aceleré el auto y me fui en dirección a salvar mi vida. Yo no esperaba nada de eso, porque no me habían parado en ningún control policial, no había tenido ningún inconveniente antes y no conozco a la familia a la que supuestamente le habían dañado su casa". 

Belmar explicó que tras ese primer encuentro con la Policía: "Traté de escaparme del supuesto tiroteo, como decían ellos, que además decían que los choqué, cuando no fue así, los alcancé a esquivar, porque sino la camioneta me hubiese dado vuelta el auto". 

"Cuando retomo para irme para lo de mi viejo veo que viene una camioneta, la misma de la Policía, buscándonos, y entonces me tiro a un costado y cuando hago eso me encaran directamente a chocarme el auto. Me chocan  y cuando nos bajamos, recién ahí nos dan la voz de alto, gritan 'al piso Policía'. Vienen, nos agarran y ya nos empiezan a pegar, a gasear y desde ese momento hasta la Comisaría, lo único que sé es que fueron todos golpes y gases, e insultos hacía nosotros, tratándonos de delincuentes, de  'por qué tiraste', y demás, sin preguntarnos nada. Sin mediar palabras nos cagaron a palos", relató el comerciante. 

Después, "una vez que estábamos en la Comisaría, que no sabía qué Comisaría era, sólo sentí el ruido de rejas. Ahí me empecé a descomponer por el gas y los golpes y no podía respirar. Les pido atención, me abren la puerta, yo estaba tirado en el piso, y lo que me acuerdo es que viene una médica o enfermera de la Policía y lo único que escucho es que dice, 'este se hace el pelotudo, déjenlo'. Yo ya no aguantaba más porque no podía respirar, y yo no me quería morir en la comisaría. Yo tengo cuatro hijos, una familia que mantener, laburo todo el día y tuve que tomar fuerzas de dónde no sabía que las tenía y comencé a respirar por mis propios medios". 

"En ese momento sabía que ya estaba, que iba a tener que esperar a que me liberen o hablar con mi abogado y ver cómo resolver la situación y contar mi versión", manifestó el joven. 

"Estuve cinco días en la comisaría callado la boca, cuatro días en buzones y ahora esperando para denunciar, porque la verdad nadie se merece pasar por una situación como la que me pasó a mi", indicó Belmar. 

Sostuvo que "la verdad que me arruinaron, porque me rompieron mi auto de trabajo, perdí toda la mercadería de mi local, nadie se hace responsable y lo único que tengo que hacer es seguir laburando como cualquiera, pero yo creo que se tiene que hacer justicia, porque yo no le hice nada a nadie, soy una persona laburadora y la Policía se tiene que hacer responsable de la cagada que se mandó conmigo y con mi hermano". 

El comerciante destacó que si bien se había ordenado la prisión preventiva, "el abogado accionó, pidió la revisión de mi auto donde el única arma que había era un kilo de milanesas, no teníamos nada, pedimos las pericias en seguida, nos dio todo negativo. La rueda de reconocimiento también porque la familia damnificada denunció con nombre y apellido a las personas que los habían atacado y lo que explica la Policía es que confundieron mi auto, que lo que habían denunciado era un Gol y yo tengo un Palio". 

"Y lo que nos decían adentro de la Comisaría es que no denunciemos, que se habían confundido y que esto se terminaba. Pero lo que no se termina es el daño que nos hicieron, los golpes que recibimos, estar 9 días detenido, cuatro días en un buzón, sin ver a mi familia, mi papá de una avanzada edad preocupado, es decir, no la pasamos mal solamente nosotros, sino también nuestra familia". 

La Fiscalía realizó ruedas de reconocimiento, una pericia del auto y ante la falta de pruebas, los detenidos recuperaron la libertad.

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