Para la Fiscalía no quedan dudas de que el penitenciario
Mario Huichaqueo incurrió en el delito de homicidio agravado por uso de arma de
fuego con dolo eventual, que tiene una pena mínima de 10 años y ocho meses, al
ultimar con su pistola 9 milímetros reglamentaria al joven de 16 años, Rolando
Vera.
En ese sentido, el fiscal Juan Pedro Peralta, se opuso a la
versión de la defensa ejercida por Damián Torres que califica el hecho como
homicidio culposo con representación, lo que reduciría la condena a entre 1 y 5
años de cárcel.
Peralta relató que “luego de producida la prueba en las extensas jornadas de juicio se probó lo que sosteníamos, excepto el delito de abuso de
armas. Ese día, en la casa de la familia Huichaqueo se disparó la alarma lo que
provocó que Huichaqueo vaya desde su domicilio cercano, agarre el arma
reglamentaria y sospechando que los jóvenes que estaban en la plaza fueran los
autores del robo, fue alcoholizado a reclamar con el arma en la mano. Eso genera
una reacción adversa por lo que efectúa disparos con el arma al costado de la
cabeza de Vera, a otro le apoya el arma en el pecho y hasta le dispara a una
perrita de Vera y le lastima una pata”.
Frente a esa acción los jóvenes comienzan a arrojarle
piedras, por lo que escapa hasta su auto y le rompen la luneta. El efectivo “se
va a su casa ubicada a tres cuadras en calle Rosas y hasta allí llegó Vera a
buscarlo porque quedó ese conflicto pendiente”, contó Peralta.
“No se puede ir a reclamar que te devuelvan las cosas en esos
términos”, opinó Peralta, destacando además el rol policial de Huichaqueo y su
conocimiento sobre la ley y el uso de armas.
“Vera le tiraba piedras y Huichaqueo le respondía con balas. La comisaría estaba a la vuelta, podría haberse ido o responder de otra manera, no con el arma reglamentaria cuyo poder es letal. Podría haber habido otras muertes porque disparaba hacia adelante en dirección a la plaza, pudo haber sido peor”, agregó.
Reconoció que la bala que mató al chico fue con rebote, pero
restó relevancia a ese dato, ya que quien ejecuta un arma de ese calibre hacia una
persona que está en movimiento, sabe que es muy probable que ocasione una
muerte, aún con rebote.
En cuanto a que el acusado estuviera alcoholizado, dijo que
es un agravante, ya que pudo reconstruir el hecho y era totalmente consciente
de sus actos. “Sólo podía estar un poco más envalentonado por el alcohol”,
manifestó.
Peralta dijo que en el juicio “se escuchó un audio que envió
Huichaqueo a su hermano en el que le dice que va a ir a buscar a los de la
plaza, me llevo el rifle y las balas. Se secuestraron 11 vainas disparadas y
hubo un testigo que dijo que el imputado juntó vainas servidas. Disparaba hacia
adelante y luego de ver a Vera caído se lo escuchó gritar yo me hago cargo de
este muerto, así terminan los chorros”.
El miércoles próximo se conocerá la sentencia.
17 enero 2025
Judiciales