Barrera Sanitaria: Preocupación y advertencias desde la Patagonia

Productores patagónicos participaron de un encuentro con autoridades nacionales

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El Bloque Rural Patagónico expresó su preocupación por la implementación de la Resolución 180/25 del SENASA, que autoriza bajo ciertas condiciones el ingreso de carne con y sin hueso desde zonas libres de fiebre aftosa con vacunación hacia zonas sin vacunación, como la región patagónica. La norma, que se encuentra en un período de prórroga de 90 días, fue abordada en un encuentro realizado el 13 de mayo entre representantes del sector productivo del sur argentino y autoridades del organismo sanitario nacional.

En la reunión participaron el secretario Sergio Iraeta, el subsecretario Manuel Chiappe, funcionarios del gabinete del SENASA y representantes del Bloque Rural Patagónico de Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego y el partido bonaerense de Patagones, además de referentes de la industria frigorífica. Tras un extenso intercambio, las autoridades informaron que:

No se levantará la barrera sanitaria en la Patagonia.

La región mantendrá su estatus de zona libre de fiebre aftosa sin vacunación.

Se encuentra en curso la consulta a países como Chile y los miembros de la Unión Europea, de cuyas respuestas dependerá la continuidad o no de la resolución.

Se modificará el alcance de la norma permitiendo únicamente el ingreso de la plancha de asado.


Desde el bloque patagónico solicitaron formalmente que se derogue la Resolución 180/25, argumentando que su aplicación podría afectar negativamente las exportaciones y el prestigio sanitario ganado por la región. Además, propusieron avanzar hacia una estrategia nacional integral que consolide a la Argentina como país libre de aftosa sin vacunación.

Los productores cuestionan que, aunque el SENASA considera el riesgo de ingreso de carne con hueso como "no mayor al de insignificante", el contexto internacional actual, con brotes recientes de fiebre aftosa, exige cautela. Advierten que la medida, aunque técnicamente avalada por el Código Terrestre de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), puede generar desconfianza en los mercados y afectar la trazabilidad y segregación de carnes, pilares del modelo exportador patagónico.

La normativa establece condiciones estrictas para el ingreso de carne, entre ellas: sacrificio en establecimientos habilitados, exclusión de ciertos órganos en rumiantes, control de pH y temperatura en el proceso de maduración, y trazabilidad por número de tropa. A su vez, se prevé que la Dirección Nacional de Sanidad Animal podrá ajustar los requisitos según el destino y estatus sanitario de origen y destino.

El SENASA ratificó su compromiso con los estándares internacionales y la transparencia ante socios comerciales como la Unión Europea y Chile, quienes fueron notificados oficialmente. En esas comunicaciones, el organismo detalló los mecanismos de trazabilidad que aseguran la segregación de carnes provenientes de distintas zonas sanitarias y se comprometió a auditar los procesos.

Pese a estas garantías, los representantes patagónicos señalaron que persiste un clima de incertidumbre que afecta las inversiones, el arraigo rural y la confianza de los mercados. La Patagonia representa más del 30% de la superficie nacional y ha consolidado un estatus sanitario diferencial que consideran clave para su desarrollo económico y su inserción internacional.

Finalmente, reiteraron su voluntad de contribuir a una política sanitaria nacional sólida y sostenible, y pidieron que se escuchen las particularidades de cada región antes de avanzar con medidas que podrían tener efectos adversos sobre un modelo productivo consolidado.

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