De la cárcel a la barbería: un taller que transforma vidas en el barrio Guido

Marcos, un joven que estuvo privado de su libertad, hoy enseña el oficio a otros vecinos mientras reconstruye su futuro. La iniciativa forma parte de un programa de reinserción social que ya involucra a 60 personas en distintos barrios de Viedma.

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Una máquina de cortar cabello zumba en la Junta Vecinal del barrio Guido. Diez alumnos observan atentos las manos de Marcos (29), su instructor, que con paciencia explica una técnica de degradado. Esta escena cotidiana es extraordinaria: hace pocos años, Marcos estaba tras las rejas. Hoy, gracias a un programa de APL (Asistencia a Personas Liberadas), no solo aprendió el oficio sino que se convirtió en formador.

Segundas oportunidades con tijeras y máquina
"Presentar que todo se puede", dice Marcos mientras ajusta la altura de una silla. Dos veces por semana, de 10 a 12 hs, enseña barbería básica en el espacio vecinal. Las máquinas las consiguió mediante APL, y hoy complementa sus ingresos con cortes a domicilio: "Hay familias con varios hijos que no pueden ir a una barbería, yo voy en mi bicicleta", cuenta.

Jonathan Belmar, presidente de la Junta Vecinal, destaca el valor social del taller: "Se firmó un convenio con APL para dar oportunidades a quienes cometieron errores. Marcos es un ejemplo de cómo pueden devolverle algo positivo a la comunidad". El programa incluye también a un tallerista de guitarra y a jóvenes que cumplen tareas comunitarias en distintas organizaciones.

"A mí nadie me enseñó, por eso quiero enseñar"
Con voz firme pero emocionada, Marcos comparte su motivación: "A los 18 no tuve guía. Ahora hablo con los chicos, les digo que se porten bien, que esto es una salida". Su historia personal se mezcla con la pedagogía: mientras demuestra cómo afilar navajas, intercala consejos de vida. "Es buenísimo incentivarlos a que hay otros caminos", reflexiona.

El éxito del taller -que ya tiene lista de espera- evidencia una necesidad doble: vecinos que buscan aprender un oficio y personas en contexto de encierro que necesitan reinserción. Belmar adelanta que replicarán el modelo: "Estamos abriendo las puertas de las juntas vecinales para construir oportunidades reales".

Mientras Marcos supervisa el primer corte de un alumno, en la pared cuelga un cartel hecho a mano: "La barbería no es solo cortar pelo, es cambiar historias". En el barrio Guido, cada tijeretazo parece cortar también con los prejuicios.

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