Ocho meses antes del incendio ocurrido el pasado 2 de junio en la sala de rayos X del Hospital Zatti de Viedma, la Asociación Sindical de Salud Pública de Río Negro (Asspur) ya había advertido formalmente sobre el riesgo de siniestros vinculados a fallas en el sistema eléctrico del establecimiento. Lo hizo a través de un extenso informe presentado al ministro de Salud Demetrio Thalasselis el 30 de octubre de 2024, que relevó las condiciones críticas de hospitales y centros de atención de toda la provincia.
El documento señalaba que el tablero eléctrico general del Zatti “no soporta la demanda del hospital, lo que genera cortes de luz, se queman las llaves térmicas, etc.” y denunciaba que ya se habían producido al menos cinco focos de incendio, incluyendo uno anterior en el propio servicio de rayos. La advertencia se sumaba a reclamos sin respuesta desde hacía al menos dos años y destacaba el riesgo de vida para pacientes y personal, así como el potencial daño a costosos equipos médicos, algunos prestados por proveedores.
Además del caso del Zatti, el informe presentado por Asspur describía un panorama general de deterioro estructural, falta de mantenimiento, déficit de personal y escasez de insumos en la mayoría de los hospitales públicos de la provincia. En Viedma, se alertaba también sobre la falta de salidas de emergencia funcionales, sistemas de alarma y señalización, problemas con el sistema de reserva de agua, incubadoras y monitores obsoletos en Neonatología, y condiciones inadecuadas en sectores como Oncología, Lavadero y Servicio Social.
En cuanto al recurso humano, se reportaba un déficit de al menos 100 agentes en el hospital, entre ellos 33 enfermeros, y una falta sostenida de reposición de cargos por jubilaciones o renuncias.
El informe incluía también relevamientos de hospitales de otras localidades, como el Ramón Carrillo de Bariloche, Cipolletti, General Roca, Catriel, Regina, San Antonio Oeste, Las Grutas, Cinco Saltos, Sierra Colorada y Campo Grande. En todos los casos se registraban problemas similares: falta de insumos básicos, equipos rotos o inactivos, servicios interrumpidos, ambulancias fuera de servicio o inexistentes y edificios en condiciones precarias.
En Cipolletti, por ejemplo, el informe denunciaba que el tomógrafo y el mamógrafo llevaban seis meses fuera de funcionamiento, que los vehículos sanitarios presentaban múltiples siniestros sin reparación, y que la dotación médica en especialidades críticas era insuficiente. En General Roca, se informaba sobre guardias sin médicos, laboratorios sin reactivos y más de 300 pacientes en lista de espera para rehabilitación.
El relevamiento elaborado por Asspur —firmado y presentado con fecha cierta en octubre de 2024— adquiere ahora especial relevancia frente a hechos posteriores como el incendio en el hospital de Viedma. Para el gremio, la falta de respuestas a los reclamos y la ausencia de inversión estructural exponen a los trabajadores y pacientes a riesgos evitables, y reflejan una crisis prolongada del sistema de salud pública en Río Negro.
8 julio 2025
Gremiales