El cuartel de bomberos voluntarios de Sierra Grande logró saldar una deuda con el Ministerio de Seguridad de la Nación que se arrastraba desde 2019, y que lo mantenía excluido de los subsidios nacionales destinados a este tipo de instituciones. La regularización fue posible gracias a la venta de un móvil y forma parte del proceso de intervención que atraviesa el cuartel desde principios de este año.
La intervención, que está a cargo de Ana Casati desde enero de 2024, apuntó en primer término a resolver el problema financiero que impedía al cuartel acceder a los fondos que por ley corresponden a todos los cuerpos de bomberos del país. “Era fundamental saldar esa deuda para volver a estar en regla y recuperar los aportes nacionales”, explicó la propia Casati.
Durante la intervención también se definieron cambios en la organización interna. Uno de los primeros pasos fue solicitar el retiro del personal policial rentado que prestaba servicios en el lugar, entre ellos el jefe y tres guardias. En su reemplazo, se impulsó la incorporación de cuarteleros voluntarios, una figura reconocida por la legislación vigente. Actualmente, el cuartel cuenta con 31 bomberos, de los cuales 4 cumplen funciones de cuarteleros.

La cobertura operativa del cuartel abarca una jurisdicción extensa, que incluye tanto zonas urbanas como parajes rurales y rutas nacionales y provinciales. Entre las áreas de intervención figuran la ruta 3, la 5 y la 9 (camino a Punta Colorada), además de parajes como Ventana, Conaniyeu, Los Berros, y localidades como Playas Doradas, Costa Dorada, Nuevo Horizonte y sectores vinculados al proyecto Vaca Muerta.
En relación al equipamiento, la infraestructura presenta limitaciones. El cuartel dispone de dos autobombas, una de las cuales funciona principalmente para recarga. La unidad más operativa es un camión DAF, que actualmente constituye el vehículo principal para intervenciones. Además, cuentan con un kit forestal básico para dar respuesta inicial ante incendios rurales. Sin embargo, desde la conducción advierten que se requiere una autobomba nueva, dado el desgaste de las actuales.
El equipamiento personal también es escaso. “Vamos muy de a poco. La ropa estructural es costosa, y la mayoría no está en buenas condiciones. Se compraron guantes, botas y elementos esenciales, pero no alcanza”, reconoció Casati. La falta de fondos se agrava por la ausencia del subsidio nacional, lo que obliga a sostener el funcionamiento con recursos limitados.
En este sentido, la intervención solicitó un aporte no reintegrable al gobierno provincial, con el objetivo principal de saldar la deuda y facilitar la reincorporación del cuartel al esquema de subsidios nacionales. Si bien ese aporte aún no fue acreditado, la deuda ya fue cancelada por medio de la venta de un móvil, lo que deja al cuartel a la espera de la restitución de fondos. Actualmente, los ingresos provienen principalmente de aportes de Lotería de Río Negro y la empresa EDERSA.
Con los compromisos saldados y la documentación en orden, desde el cuartel esperan que en las próximas semanas se concrete la habilitación para recibir nuevamente los subsidios nacionales, lo que permitiría encarar mejoras en equipamiento, vehículos y condiciones de trabajo para las y los bomberos que prestan servicio en la zona.

12 noviembre 2025
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