Emoción y tristeza en el frío patagónico de Prahuaniyeu

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Seguramente la mitad eran familiares y amigos de las víctimas y el resto habitantes de la zona y de la cercana localidad de Los Menucos.
Una procesión con una imagen de la virgen recorrió los 600 metros que había desde el puesto en el que habitan los dueños del campo y donde estacionaron los muchos vehículos en el que arribó la gente.
Al frente iba el obispo de San Carlos de Bariloche monseñor Fernando Maletti junto al Otro día difícil para la intendenta
Otro día difícil par la intendenta
Mabel Yahuar, es la intendenta de Los Menucos y tiene en su rostro el reflejo de lo que le tocó vivir desde el 18 de mayo pasado. La vimos desde el primer día recorriendo, trabajando, poniendo la estructura municipal a disposición, recibiendo a familiares de las víctimas, a la prensa, a las autoridades.
Ayer participó de otro día difícil, en la organización de la misa, estando junto a los familiares, la vimos quebrarse en varios momentos.
Algo todavía sin explicación
Ir por primera vez, al sitio cercano a Prahuaniyeu, donde fallecieron sus seres queridos fue algo esperado e importante para poder sobrellevar la situación de los familiares. Tengamos en cuenta que no recibieron los restos de los fallecidos, ni saben cuando les serán entregados.
Conocen que cerca de mil pequeños restos humanos fueron llevados a Buenos Aires para ser identificados a través de los análisis de ADN, que permitirán a la Justicia certificar las identidades de los que se encontraban en el avión. Restos humanos siguen en el lugar y la prueba de ello es que hoy vimos dos restos óseos, aparentemente un trozo de unos 12 centímetros de tibia y una cabeza de fémur, y nos informaron que al pie de la pequeña cruz habían depositado otros.
Un oficial de la policía nos dijo que a pesar de que estuvieron doce días trabajando recogiendo restos, "es increíble pero todavía siguen apareciendo". Esto permite tener una idea de la magnitud de la caída de la aeronave.
No se ven marcas ni hundimientos en el suelo, seguramente la dureza de la roca de esa zona al pie de la Meseta de Somuncurá y la velocidad que llevaba la aeronave al impactar, provocaron semejante destrucción y desintegración.
Una misa en el Campo Santo
El padre Ricardo les dijo a los familiares al pie de la cruz que: “La comunidad y la parroquia de Los Menucos no dejarían solo a este lugar. Lo cuidaremos como nuestro, como un Campo Santo.”
Luego, el padre obispo de Bariloche y el párroco oficiaron una misa bajo el cielo y viento patagónico seguida con mucho sentimiento y recogimiento de gran parte de las personas presentes.
Otros familiares prefirieron seguir recorriendo las dos manchas negras de la tragedia, como queriendo encontrar una explicación de la misma. En el audio una parte de la misa de monseñor Fernando Maletti.
La cruz de los investigadores
Cerca de diez días estuvieron trabajando los investigadores especializados en accidentes aéreos en busca de los elementos para realizar las tareas necesarias para determinar las causas de la caída del avión de Sol.
Dicen los lugareños que, al segundo día después del accidente, estas personas escucharon llantos y por ello construyeron una modesta cruz de palos del lugar y piedras.
Solicitaron que cuando construyeran la otra también la dejen en el lugar. Al pie de esta pequeña cruz fueron depositando pequeños trozos metálicos de la aeronave, algunos restos humanos que siguieron apareciendo y un pequeño Ceferino Namuncurá.
Recogimiento en el lugar de la tragedia
Una vez llegados al Cerro Negro, sitio del accidente, los numerosos familiares y amigos presentes comenzaron a recorrer la zona donde sus pastos y arbustos quemados indicaban el lugar de la caída y donde todavía había muchos restos de pequeño tamaño del avión.
En silencio y en medio de llantos y tristeza buscaban, escarbaron, levantaron piedras y fueron hallando elementos de la aeronave y efectos de los pasajeros, parecían deseosos de encontrar algo de sus seres queridos.
Un hombre mostraba en sus manos varios elementos metálicos, una bombilla de mate y lamentablemente también había encontrado un resto óseo. En otro sector, un grupo se reunió sobre algo encontrado, era un trozo de un juguete, un autito, que había sido reconocido, en el avión sólo viajaba un niño.
En recuerdo de sus seres queridos
Varias fueron las familias que llevaron cruces, placas, fotografías, ofrendas florales que instalaron en recuerdo de los seres queridos que perdieron la vida en el accidente de la empresa Sol en Prahuaniyeu.
Los fueron instalando alrededor de la cruz que la comunidad de la parroquia construyó en el lugar y el obispo los fue bendiciendo.
Armaron con piedras de los alrededores una capilla ardiente en la que trataron de proteger velas encendidas del viento patagónico que por momentos era fuerte y muy helado.
FUENTE: La Súper Digital

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